A veinte minutos del barrio de Molenbeek
viernes se conocieran los ataques en la capital de Francia.
Las primeras informaciones las desvelaron varios medios belgas, en los que se leía que el nivel de amenaza se ha elevado en todo el territorio belga del nivel 2 al 3. Los brutales atentados del pasado viernes en París han colocado a Bruselas, y concretamente uno de sus barrios, Molenbeek, en el centro de las investigaciones de los cuerpos de seguridad que persiguen a los responsables de la matanza.
Anoche se produjo la cumbre de la policía y de las federaciones belga y española para la suspensión del encuentro de hoy en el Estadio Rey Balduino. La decisión de la cancelación del encuentro se tomó de madrugada con el OK de todos.
El partido, como pudieron comprobar los internacionales españoles nada más poner pie en el aeropuerto de Bruselas, ya estaba rodeado de extremas medidas de seguridad. La expedición de la Roja se subió al autocar directamente desde el avión, sin pasar por la terminal. Custodiada por furgones y motos de la Policía fue conducida hasta el hotel. Allí ocupó una planta del hotel cerrada exclusivamente para futbolistas, técnicos, directivos y acompañantes y El barrio bruselense de Molenbeek está de triste actualidad. Los servicios de inteligencia lo consideran “cuna de yihadistas”. No está lejos del centro de Bruselas (unos veinte minutos andando), donde se aloja la selección en el hotel Steigenberg. Ayer, mientras los internacionales españoles llegaban a la capital belga, la policía hizo una gran redada en dicho barrio. Buscaron sin éxito a Salah Abdeslam, el terrorista huido de París, al que consideran ‘cerebro’ de los atentados. Su hermano Mohamed, acusado de participar, fue puesto en libertad tras declarar ante el juez. “Salah es un chico normal”, dijo al diario Le Soir, afirmando que desconoce su paradero