INAPELABLE
Rafa Nadal presenta solidez y decisión para desarbolar a un Wawrinka que acabó pasota El balear se medirá mañana (15 h) a Murray, que también decidió en dos sets contra Ferrer
Rafa Nadal y Andy Murray firmaron sendos triunfos inapelables en la jornada inaugural del Grupo Ilie Nastase del Masters Final ATP, en el O2 Arena de Londres. Ambos solucionaron en dos sets sus respectivos duelos contra Stan Wawrinka y David Ferrer, respectivamente, y mañana (15 h) se citarán en la capital inglesa para dirimir un duelo con sabor a semifinales. Una victoria sin entregar un solo parcial bonifica mucho en este formato de liguilla.
Nadal superó a su reciente verdugo en París-Bercy, Wawrinka, por 6-3 y 6-2 en 1h.22’. El suizo dio un toque de humor amarillo al segundo set con una actitud pasota rayando la falta de profesionalidad. Con su juego a cara o cruz, de pim-pam-pum inconsciente y con ganas de irse pronto al vestuario, fue capaz de remontar hasta siete bolas de break en un mismo juego, el primero de ese parcial, pero los ‘aces’ (sumó 10) y las coces sin ton ni son también dieron lugar a numerosos fallos, que el balear no desaprovechó porque estuvo sólido y decidido.
Trabajo diferente desarrolló Murray, dado que Ferrer sí que no arrojó la toalla en ningún momento, pese a su continua, y frustrante batalla con su segundo saque. Las ocho dobles faltas llegaron en momentos inoportunos, favoreciendo la labor de un británico centrado, dejando a un lado la final de Copa Davis de la semana que viene Bélgica-Gran Bretaña, que se disputará sobre tierra batida y no en ‘indoor’ y pista dura, superficies que ha ido intercambiando en sus entrenamientos el escocés los últimos días. 6-4 y 6-4 en 1h.30’.
Comenzó raro el Nadal-Wawrinka, con Rafa Rafa primero y Stan después entregando sus saques en blanco. La normalidad se impuso hasta el octavo juego, cuando el español hizo el ‘break’, un 5-3 que prácticamente acabó siendo definitivo. Cerró el set Nadal, 6-3, con su primer ace, y desapareció el oponente. Vio el de Lausana que delante se hallaba un manacorí firme, dispuesto a la máxima batalla, y aquél eludió la disputa descaradamente.
Nadal construyó un muro, y acongojó, desquició a Wawrinka, que le había batido en tres de los últimos cuatro duelos, dos de tres hasta ayer en este curso, aunque con balance global general ahora del español por 14-3. Una cuestión de actitud y fe. Rafa, a caudales de ambas cosas. Stan, en su versión más negativa, la de ese tenista capaz de ser un fenómeno pero también de ridiculizarse a sí mismo.
“No era una situación fácil porque Wawrinka se lo jugaba todo a cara y cruz. Buscaba el ‘winner’ o el ‘ace’. Yo hice lo que tenía que hacer, a lo mío siendo sólido”, señaló Nadal tras el choque.
Regreso convincente
A sus 29 años se ha clasificado por undécima vez para el Masters, pero es su séptima participación al ser baja en cuatro ocasiones por lesión o enfermead. En 2014 la operación de apendicitis le apartó de una cita de maestros a la que regresó ayer convenciendo, recogiendo el testigo de las finales disputadas en 2010 y 2013 en el mismo escenario.
Ferrer, por el contrario, sufrió su quinta derrota consecutiva en un Masters, en el que hace doce meses disputó un solo duelo como suplente. El finalista de 2007, además sigue chocando contra un Murray con quien no ha podido las cinco últimas ocasiones. El alicantino se las verá con Wawrinka mañana (21 h) por sobrevivir