“A MIS AMIGOS LES DIGO QUE NO TENGO NI IDEA DE FÚTBOL”
Al margen de todos los clichés que desnaturalizan el fútbol, quedan ejemplos plagados de espontaneidad. Uno de ellos es Enrique Martín Monreal (Campanas, Navarra, 1956). Considerado como el auténtico mecenas del ascenso rojillo, es un defensor de la esencia, la tradición. Nada como un Osasuna-Real para aludir al fútbol de toda la vida. De palabra fácil, discurso pausado y claro, el técnico analiza el derbi y, tan campechano, ironiza finamente con esta moraleja: “A mis amigos les digo que no tengo ni idea de fútbol”.
¿Huele a partido grande por Pamplona?
Sí, sí. Esta es una forma apasionante de que El Sadar aterrice de nuevo en Primera. Y, por supuesto, ilusionante. Es muy bonito vivir un partido como este. Lo sé desde que era futbolista. Desde los tiempos en los que me enfrenté a los Arconada, Satrus y aquella gente.
Ya ha cumplido su sanción, así que baja al banquillo.
Muy contento por estar a ras de hierba. Me gusta ese olor. Es diferente a la grada, pero mejor, aunque se vea menos. Es que desde arriba se ve todo como muy claro y eso a veces es malo (ríe). A veces es mejor que no se noten tanto las carencias.
En muchos sectores de Navarra se le tiene cariño a la Real. ¿Usted también?
Claro. Llevo mucho tiempo metido en esto del fútbol. Me acuerdo de aquellos derbis, de Tajonar... Siempre ha habido mucho contacto y buen ‘feeling’. Estoy encantado de que nuestro partido inaugural en casa sea este derbi. Vamos, que ni en mis mejores sueños.
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Seguro que vienen más de 1.000 personas desde Donostia y eso le dará un ambiente impresionante al partido. Así desde la mañana en la Parte Vieja, me imagino. Este año la Primera División será apasionante para los cinco equipos que estamos por aquí (Real, Osasuna, Eibar, Alavés y Athletic). Las aficiones se van a poder trasladar y será una fiesta continua.
¿Qué clase de partido prevé ante la Real?
Muy intenso. Como todos los derbis. Y espero que haya buen fútbol. La Real maneja bien el balón y nosotros queremos evolucionar más allá de las cualidades que ya tenemos. Será un partido muy competido y emocionante.
Esta Real de Eusebio persigue dominar los partidos desde la posesión y se le achaca cierta endeblez. ¿Qué espera?
Bueno, esta de los entrenadores siempre es la misma película. Seguro que el día que ganas, a todo el mundo le complace tu estilo. Pero mantener una regularidad conceptual durante todo el año es muy complicado. Hay unos contrarios que tratan de complicarte la existencia, pero vamos, yo a la Real le tengo en muy buena estima. Es un buen equipo, que trata bien el balón. Es un equipo que respetamos, pero nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo porque nuestra Liga pasa por hacernos fuertes en El Sadar.
¿Qué jugadores de la Real le gustan?
Oyarzabal. Es un jugador que ha llegado a Primera demostrando un talento individual muy alto. Tiene un futuro impresionante. Y presente también. Illarra también está ahí, dando nivel al centro del campo, e Iñigo Martínez es el defensa que más me gusta. Un conjunto a tener en cuenta.
De Osasuna siempre se ensalza su intensidad en casa. ¿Qué más armas tiene su equipo?
Tratamos de evolucionar. Osasuna siempre ha de mantener los valores que le han hecho vivir 95 años: casta, competitividad, intensidad, instinto de supervivencia. Pero hay que progresar en los apartados tácticos y técnicos. Ahora es más factible porque los jugadores vienen mucho más completos desde la base.
Usted defiende que Osasuna tiene que basar sus proyectos en la cantera. Se sentirá entonces identificado con lo que tiene que ser la Real.
Yo en Segunda siempre ponía como ejemplo a la Real que ascendió a Primera porque lo hizo con unos 15 jugadores de Zubieta. Lo recuerdo. Era el espejo para nosotros. Y mira, así hemos subido nosotros también, así que creo que tenemos que continuar con esta política. La gente de fuera tiene que sostener el crecimiento de los de casa. El otro día debutó un juvenil (Aitor Buñuel) y tiene muchas opciones de jugar mañana. Yo no me voy a cortar. Hay que seguir poniendo estos cimientos.
¿Qué se siente al ser juzgado como el gran responsable de un milagro llamado ascenso?
Es un privilegio poder estar donde estoy. Le doy las gracias al fútbol. Sólo trato de disfrutar del talento de los futbolistas, los míos y los contrarios. No se trata sólo de competir de manera agónica. Es mejor disfrutar porque pensar es malo y pensar mucho, muy malo. Trato de relativizarlo todo y pasar un buen año.
¿Echaba de menos el fútbol hasta que regresó a Osasuna?
Bueno, aunque no haya sido en primera línea, he seguido en otras facetas: en Tajonar de director, en la secretaría técnica, viendo jugadores... No he parado.
¿Cómo surgió su retorno al banquillo?
Se dio por la situación del equipo. Quería ver mi crecimiento personal después de la preparación al fútbol moderno que he ido adquiriendo. He mejorado en esos términos gracias al coaching deportivo. Me he visto bien, aunque evidentemente, mantengo la esencia porque creo que hay que mantenerla. Es una gozada vivir el fútbol desde dentro.
¿Tanto ha evolucionado el fútbol?
Sí, sí. Ahora todo el mundo está super preparado. Cuando yo empecé no entendía la figura del mánager. Oía que Ferguson tenía su preparador, su entrenador ayudante y tal... Y mira por dónde, ahora manejo una historia parecida, con mi segundo, mi preparador físico, mi entrenador de porteros... Pero bueno, sigo pensando que un entrenador tiene que ser un buen gestor de grupo por encima de todo. La perspectiva ha cambiado. Ahora todos estamos en una especie de helicóptero desde el que se ve todo. Antes estábamos obcecados con la estrategia, con la táctica, no se veía más allá.
Ha repetido en más de una ocasión que no habría que dramatizar si Osasuna volviera a descender. ¿Por qué?
Sería muy interesente interiorizar la siguiente historia. Bien, nosotros ahora estamos en Primera División y a la vez no podemos fichar jugadores que valgan más de 3 millones de euros. Tenemos que mantener una línea. Y a la vez tenemos que ser conscientes de que lo mismo podemos quedar entre los diez primeros que bajar y al año siguiente estar entre los siete primeros de Segunda División. El club se debe de mover en función de sus posibilidades, de su población. Tan natural como eso. Así que no tiene que ser ninguna agonía bajar. Sí que hay que evitar hacer tonterías como las que se han hecho aquí hace no demasiado tiempo. Al final, las pagas. Lo que pasa es que luego se ha trabajado para dar la vuelta al calcetín