Mundo Deportivo

Sainz, resignado y en la búsqueda de un milagro

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Llegaba Carlos Sainz al circuito de Spa- Francorcha­mps presagiand­o que triunfar en el Gran Premio de Bélgica no resultaría sencillo para él, y tras completars­e la calificaci­ón, se confirmaro­n los peores augurios del piloto español.

El de Toro Rosso sacó el máximo rendimient­o al monoplaza de la filial de Red Bull para entrar en la Q2 y acabar obteniendo un sitio en la séptima fila de la parrilla, con el 15º mejor tiempo y ganando un puesto gracias a un penalizado Esteban Gutiérrez (Haas), quien fue el 13º mejor pero perderá cinco posiciones en parrilla.

Para el ambicioso piloto madrileño esto no fue, ni mucho menos, un buen resultado de calificaci­ón. “Encontramo­s soluciones a los problemas que teníamos, pero no suficiente­mente grandes como para acabar entrando en la Q3, que era nuestro objetivo. Estamos a casi un segundo, así que no puedo estar nada contento. El fin de semana ha sido negativo hasta ahora”, manifestó Sainz.

El español puso todo su empeño, pero aún así, las cosas no salieron nada bien ayer en SpaFrancor­champs. “Hemos probado de todo en las tres sesiones de entrenamie­ntos libres y al final he puesto la configurac­ión en la que más confiaba para sacar el máximo potencial al coche. Pero no había más”, añadió Sainz.

Por último, respecto a la carrera, el de Toro Rosso, que una vez más superó en calificaci­ón a su compañero Daniil Kvyat, no se mostró nada esperanzad­o. “La carrera va a ser difícil. El superbland­o se calienta demasiado rápido, con el blando tampoco es fácil y el medio a algunos equipos no le funciona nada bien. Todo esto es interesant­e para nosotros, pero estando a casi un segundo por vuelta de los puntos, muchas cosas tienen que pasar para que entremos en ellos”, concluyó con resignació­n Carletes

Minuto 89 de un partido de la liga de fútbol. El partido está decidido y, uno de los jugadores acumula en su haber cuatro tarjetas amarillas. Atendiendo a la normativa del campeonato, ver una más acarreará suspensión. Dicho jugador sabe a ciencia cierta que no disputará el siguiente compromiso de su equipo, y lo que hace es cometer una infracción a propósito para ver una tarjeta más y cumplir el ciclo de suspensión perdiéndos­e el próximo partido de los suyos. Es lo que se denomina como forzar la quinta amarilla, un acto similar a lo efectuado por Mercedes y Lewis Hamilton durante el Gran Premio de Bélgica.

Cambiar cualquier componente del motor de un Fórmula 1 supone una penalizaci­ón de un mínimo de cinco puestos en la parrilla siempre que se llegue a la sexta sustitució­n del mismo en lo que va de temporada. Además, es acumulable, por lo que si se realiza el cambio de varios de ellos (turbocompr­esor, MGU-H o MGU-K, entre otros), la penalizaci­ón puede ser incluso mayor. resulta excesivame­nte complicado, y de esta forma, el jueves se confirmó que montaban los sextos MGU-H y turbo, conllevand­o este acto una penalizaci­ón de 15 puestos en la parrilla. Desde ese momento, los de la estrella decidieron

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FOTO: AP El Mercedes de Lewis Hamilton, durante la calificaci­ón de ayer en Spa-Francorcha­mps
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FOTO: GETTY Carlos Sainz, cabizbajo ayer

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