Mundo Deportivo

La madera se alió con el Alavés

La intensa lluvia dio alas a un Celta que remató dos veces al palo

- Àxel Aguilar

Balaídos tenía muchas ganas de Copa. Sonó con fuerza la Rianxeira, cantada a capela por la afición. Tras eliminar al Real Madrid en los cuartos de final, los aficionado­s del Celta confiaba en otra gran noche copera. Pero el Alavés, la lluvia y los postes frustraron los deseos de resolver las semifinale­s a las primeras de cambio para asaltar una final que se resiste desde 2001.

Los 18.969 valientes que acudieron al estadio celtiña, 500 de ellos desde Vitoria, vieron como en la primera mitad el Alavés no dejaba desplegar su juego habitual a los celestes. Los ‘babazorros’ ahogaron a su rival, y eso que aún no había empezado el diluvio. Ni cambiando de balón, tras un pinchazo, los de Berizzo lograron estar cómodos sobre el césped. Argentina estaba muy pendiente del duelo en los banquillos entre el ‘Toto’y Mauricio Pellegrino.

Cae el diluvio

Y entonces empezó a llover con mucha fuerza. Fue el momento en el que Manu García desbarató la mejor ocasión vitoriana en todo el par- tido. Tocó lo suficiente para que el balón fuera entre los tres palos, pero Sergio se sacó un paradón que puede valer una final.

Tras el paso por los vestuarios, los jugadores se encontraro­n con un terreno de juego muy encharcado y eso dio alas al Celta de Vigo, que pareció adaptarse a la perfección al nuevo guión.

Iago Aspas dio el primer aviso serio con un disparo a quemarropa que logró sacarse de encima el ayer titular Fernando Pacheco. Mauricio Pellegrino había confiado la portería de la Copa siempre en Adrián Ortolá, pero ante la cita histórica, el técnico prefirió alinear al portero titular en la Liga. Un detalle algo feo.

De palo en palo

Nuevamente a través del juego directo llegó una buena ocasión del Celta. Otra vez de Iago Aspas. El hijo pródigo disparó con potencia desde fuera del área, pero el travesaño escupió el balón.

Pero no sería la única vez en la que el poste impedía el triunfo vigués. Volvió a ocurrir a falta de dos minutos para el final del partido. Balón ‘colgado’ por Pione Sisto que cae a Tucu Hernández dentro del área pequeña, pero el remate del chileno da primero en Pacheco y luego en el poste, para que el balón acabe directamen­te en las manos del portero alavesista. Fue el último cartucho del Celta para tomar ventaja en la eliminator­ia.

Las opciones de alcanzar la final en ambos equipos siguen intactas, así como la ilusión para acceder al decisivo partido que dé una Copa que ni Celta ni Alavés tienen en sus vitrinas.

Mendizorro­za lucirá el próximo miércoles sus mejores galas para vivir otra noche histórica como las que se vivieron en la Copa de la UEFA 2000-01 ante el Inter de Milán o el Kaiserslau­tern. La ocasión bien se lo merece

Iago Aspas y Tucu Hernández no pudieron marcar por culpa de los palos

El Alavés resistió en Vigo y Mendizorro­za espera vivir otra noche histórica

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FOTO: GETTY Iago Aspas se lamenta bajo la lluvia El Celta no fue capaz de batir la portería de Pacheco

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