Los mejores años de Leo son todos
Messi siempre está como si no pasara el tiempo. Esta temporada ya lleva 30 goles en 29 partidos. Al mismo ritmo que en 2010-11 o que en 2014-15
Ganar en el ‘Calderón’ nunca ha sido fácil y hacerlo ante el equipo que dirige Simeone es el más difícil todavía, porque el Cholo admite abiertamente que lo más importante del fútbol es la victoria y que ese es su objetivo prioritario. Lo mismo le da jugar bonito que feo. Su espectáculo es el marcador. Visto así, el triunfo del Barça en esa cancha debe valorarse como lo que es, un éxito. Otra cosa es el análisis.
Si no hay más perspectiva, perfecto. Excelente resultado para la vuelta. Golazo superlativo de Suárez, misil tierra-aire de Messi y falta de Koke en el gol del Atlético que acortaba distancias. Se puede señalar al árbitro por esa jugada y por su permisividad con la defensa local. Ahora bien, si ampliamos la visión, apenas pudo disfrutarse de otra cosa que no sea el brutal talento individual (especialmente el de Messi) y del 1-2 final. El equipo no está a la altura que merece Leo. Todo cambia menos él que sigue donde siempre. Por encima del resto. En lo que llevamos de campaña, suma 30 goles en 20 partidos. Y dejando tirar penalties a Neymar. Sin buscar su récord, al contrario, ya está en números de las siderales campañas de 2011-12 y 2014-15.
Pero a lo que íbamos, A los veinte segundos de partido del Calderón, ya se habían perdido dos balones. Al minuto, tres. La imprecisión fue palpable desde el inicio y ese es, sigue siendo, un problema gravísimo para el Barcelona que tenía en la pelota su gran y demoledor argumen-
to en ataque y en defensa, Desde que Johan Cruyff explicó un día a los del Dream Team que si tú tienes la bola, los otros no te pueden hacer gol... todo el mundo entendió la importancia de la posesión. De la calidad de la posesión. Y eso, la calidad, se ha perdido.
Es verdad, por contra, que el Barça tiene otros virtudes que en tiempos se añoraron. No necesita masticar la jugada para buscar su ocasión y decidir. Con su demoledora pegada le basta. Ya no necesita jugar bien para ganar casi siempre, pero sí necesita jugar mejor para defender bien y evitar empates y derrotas que, teniendo pausa y toque, nunca debieron producirse. Viviendo de las individualidades se ganan partidos y pueden ganarse en cualquier sitio, pero es viviendo del equipo cuando se ganan títulos.
Si hablamos de dinámicas, frase que Luis Enrique suele utilizar en sus ruedas de prensa, el Barça no en- cuentra la suya en lo que a juego se refiere. Cinco meses largos después de haberse iniciado la competición, no se recuerdan dos partidos completos del equipo y, por consiguiente, tampoco se recuerdan dos grandes partidos consecutivos. En la misma cita, y ha pasado ya demasiadas veces, ofrece dos caras radicalmente opuestas. Le falta balón, no hay presión y se pierde el control ante cualquier rival. Ante el Atlético o ante el Betis.
Aún así, el Barcelona está en condiciones de ganar todos los trofeos que disputa y conocemos a mu- chos equipos que sólo les importa ganarlos títulos. No la forma de conseguirlos. Una opción que, de no conocer a este grupo, parecería estar considerando el Barça y que, de concretarse, sería muy, muy aplaudida. Y con Messi a este nivel, sí, todo es posible: Pero si todos los futbolistas estuviesen al suyo y fueran más equipo, además de posible,todo sería más que probable