Avances en el proyecto Espai Barça
El club obtiene permiso del Ayuntamiento para explicar su propuesta, que desde el consistorio se califica de “equilibrada” y “buen inicio”
El FC Barcelona explicó ayer su propuesta de modificación urbanística para el proyecto del Espai Barça. Un plan que ya ha presentado a los grupos políticos con representación en el Ajuntament de Barcelona, con los que según el directivo Jordi Moix “hay buena sintonía y la música suena bien”.
Los rectores del club azulgrana que están llevando este proyecto con el consistorio, la Generalitat y los vecinos de Les Corts (Moix, el director general Òscar Grau, el ejecutivo Will Manarelli y el arquitecto externo Albert Blanch) coinciden en que la aprobación definitiva de la propuesta podría llegar a principios de 2018. Así, las obras en el Camp Nou podrían comenzar en el verano de ese año y acabar en 2022.
Incremento del gasto
Una de las novedades que anunció Jordi Moix fue que al presupuesto inicial de 600 millones para el Espai Barça habrá que añadir entre 28 y 30 millones más para sufragar actuaciones de mejoras urbanísticas pactadas con el ayuntamiento, destinadas a dotar de zonas verdes y mejor accesibilidad al entorno del Espai Barça. A cambio, el club gana espacio para usos terciarios (construc- ción de oficinas y un hotel) y gana 63.600 metros cuadrados de techo edificable. Desde el club se asegura que el balance se acabará equilibrando porque el Barça sacará más rendimiento a este espacio edificable. En este sentido, se puso el ejemplo de que si Rakuten quiere radicarse en Barcelona podría hacerlo en estas oficinas nuevas.
Freno a los ‘naming rights’
El club insistió en que se podrán sacar por los ‘naming rights’ del estadio más de los 200 millones previstos, pero al tiempo informó que por ahora se han parado los movimientos para ofrecerlos en el mercado a la espera de un calendario más concreto una vez aprobado el proyecto. Para el Miniestadi, el objetivo es tenerlo en septiembre de 2018.
Janet Sanz, teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad de Barcelona, elogió la propuesta del club: “Es equilibrada y diferente a las anteriores, sin grandes recalificaciones para viviendas como en 2010 ni grandes centros comerciales como la de 2002. Plantea una nueva relación con el entorno para favorecer la mezcla de usos y la conectividad ya que se rompen las barreras urbanas actuales. Es un buen inicio para trabajar y una oportunidad para el barrio y la ciudad”