Aquel día pasó de todo
Pancartas contra Laporta, pitos a Deco y Eto’o; roja a Edmilson; último partido de Rijkaard y... sin mediocampistas de La Masia en la alineación
Frank Rijkaard dirigió su último partido en el Camp Nou con esta formación: Pinto; Zambrotta ( Oleguer, m. 67) Puyol, Thuram, Abidal, Edmilson, Touré, Deco ( Bojan, m.46), Messi ( Giovani, m.63), Henry y Eto’o. Un once, un catorce, sin ningún canterano en la medular. Algo que no volvió a darse hasta el jueves pasado en el campo del Atlético de Madrid. Entre uno y otro, 511 partidos, títulos a mansalva... y Busquets e
Iniesta, lesionados al mismo tiempo.
La cuestión es que, repasando aquel BarçaMallorca del 11 de mayo de 2008, nadie habló entonces de la escasa presencia de La Masia en el equipo. Frank dejaba el banquillo y ya se había confirmado que le sustituiría Guardiola, con que iba a cambiar radicalmente el papel de la cantera. Una más que exitosa apuesta de riesgo de Laporta que, en el palco, vio y sufrió todo lo que pasó ese día, que fue mucho. Pañuelos blancos y pancartas dirigida a la junta, bronca monumental al Barça, que perdió (2-3) un partido que ganaba (2-0) y encarnizamiento del respetable con
Eto’o, que marcó un gol, y con Deco.
Y es que el público entendió, y entendió bien, que el camerunés y el portugués, la semana anterior, habían forzado la tarjeta amarilla para cumplir el ciclo y no viajar al Bernabéu donde el Barça empezó el partido haciéndole el pasillo de campeón al Madrid y lo terminó haciendo un ridículo espantoso: 4-1. Doble disgusto en una tarde de broncas en la que sólo salió bien librado Rijkaard, aplaudido por el estadio como agradecimiento a los servicios prestados.
Nueve años después, el Barça volverá a encontrase el miércoles con el portero que defendió aquella tarde los palos del Mallorca. Moyá será el titular del Atlético en la vuelta de la Copa y él, seguro, sí recordará aquella victoria del Mallorca en el estadio, porque ganar en el Camp Nou es algo que no se olvida nunca. Y menos por 2-3. Un marcador, dicho sea de paso, que situaría al Atlético en la final de Copa.
En el barcelonismo, en cambio, no se recuerda hoy aquel día por el resultado, ni por las pancartas contra la directiva, ni por la expulsión de Edmilson, ni por la bronca a Deco y Eto’o cada vez que tocaban el balón. ni porque fuese el último partido de Rijkaard y también de Oleguer. Hoy, la noticia de aquel día es que no jugó ningún centrocampista de la casa. Lo nunca visto hasta el jueves. Algo que suponemos fue un accidente, no un síntoma. Si fuera algo más serio, volveríamos a hablar