EN EL UMBRAL DE LA LEYENDA
La Super Bowl que mide hoy a la dinastía Patriots con el súper ataque de los Falcons tiene un nombre: Brady Si New England se impone, Tom se convertirá en el único quarterback de la historia con cinco anillos
Esta noche, alrededor de las 00.30 h., New England Patriots y Atlanta Falcons disputarán en el NRG Stadium de Houston la LI Super Bowl, la madre de todos los partidos del deporte profesional americano. Más allá de las inevitables cifras récord de audiencia, apuestas e impacto de los anuncios televisivos y del siempre esperado ‘halftime show’, en esta ocasión a cargo de la histriónica Lady Gaga, se enfrentan dos equipos soberbios que, si responden a las expectativas, pueden deparar una magnífica final.
Atlanta tiene el mejor ataque de toda la NFL. Con el coordinador ofensivo Kyle Shanahan como ideólogo y conducido con maestría y eficacia por un Matt Ryan que al fin ha alcanzado la madurez, con Julio Jones y Mohamed Sanu en las alas y Devonta Freeman y Tevin Coleman en el backfield, promedia casi 34 puntos por partido. Su defensa, aunque muy joven y en fase de construcción y eclipsada por la excelencia anotadora, no es en absoluto desdeñable. Vic Beasley es el líder en sacks (placajes al quarterback) de la Liga y tiene en su punto de mira a Tom Brady. Porque precisamente será el quarterback de los Patriots quien acapare todas las miradas.
En su séptima Super Bowl, récord histórico para cualquier jugador, Brady puede convertirse en el único quarterback con cinco anillos, deshaciendo el empate a cuatro con Joe Montana (49ers) y Terry Bradshaw (Steelers). A los 39 años su nivel sigue siendo excepcional y cuenta con un equipo perfectamente equilibrado, compendio de profundidad ofensiva –Edelman, Bennett, Hogan, Lewis o Blount, además de una línea de ataque que suele protegerle bien– y solidez defensiva en todas las demarcaciones, todo ello producto de la inagotable magia del técnico Bill Belichick. New England ni siquiera ha notado demasiado la ausencia por lesión del imparable tight end Rob Gronkowski, que sería una baja determinante para cualquier otro equipo.
MANEJAR LA PRESIÓN Sexta final de los Pats desde 2001 y 2ª para Atlanta, sin títulos
Brady vs. Joe Montana
ATAQUE VS EXCELENCIA La ofensiva de los Falcons, ante un rival completo y sin fisuras
Un triunfo hoy en Houston otorgaría al marido de la supermodelo Gisele Bundchen el título honorífico de GOAT (Greatest Of All Time), el nº 1 de todos los tiempos, una carrera hacia la leyenda en la que sólo compite con ‘Cool’ Joe. Si Montana fue más eficaz que nadie en finales (cuatro títulos y ninguna derrota), Brady tiene un historial más rico (de momento, cuatro en seis finales) y posee la mayoría de los récords importantes en pla-
yoff y Super Bowl. Completar la ‘manita’ le dejaría en solitario en la cima del fútbol americano.
Todas las predicciones y simulaciones a las que tan aficionados son en EE.UU. coinciden: por un lado, será un partido de muchos puntos y se decidirá por un estrecho margen. Si es así, metan las palomitas en el microondas. Y, por otro, siempre le sale cara a los Pats.
Es lógico que así sea. Brady y Belichick han estado aquí antes. Siete veces ya desde que sus caminos se encontraran en el draft del año 2000. Los que les rodean han ido cambiando por el camino y ellos son los dos únicos elementos que se repiten invariablemente en los 17 años de éxitos de la franquicia de New England. Conviven con la presión y la manejan con la
cabeza fría y el corazón caliente. Ni siquiera necesitan el famoso y polémico ‘Deflategate’, que supuso cuatro partidos de sanción a Tom –arbitraria según muchos analistas– a principios de esta campaña, para tener un plus de motivación que ya les sobra de fábrica.
Por el contrario, Atlanta se encontrará con un escenario que desconoce. Sólo ha disputado una Super Bowl, en 1999 (cayó 34-19 ante Denver Broncos), y ninguno de sus jugadores actuales estaba en activo entonces. La gran incógnita es saber si la enormidad del escenario atenazará las veleidades ofensivas y el desparpajo de unos jugadores a los que no ha temblado el pulso ni un milímetro en los dos compromisos de playoff anteriores.
La experiencia de Dan Quinn
El as en la manga de los Falcons en una situación de este calibre es su ‘head coach’, Dan Quinn. Como coordinador defensivo de Seattle Seahawks, su anterior destino, ganó una Super Bowl triturando a los Broncos (43-8) hace tres temporadas, así que sabe desenvolverse sobre este delgado alambre. La mala noticia es que al año siguiente volvió a disputar la gran final… y la perdió precisamente contra los Patriots tras una intercepción de Malcolm Butler en los minutos finales. El cornerback de New England, entonces un rookie, es hoy una estrella y sigue en el equipo.
Dos franquicias tan dispares en su historial de éxito respectivo comparten, sin embargo, un vínculo: la indisoluble amistad de sus dos propietarios, Robert Kraft (75 años, New England Patriots) y Arthur Blank (74, Atlanta Falcons). Entre ambos suman una fortuna cercana a los 9.000 millones de dólares. Hay un refrán inglés que dice: ‘Birds of the same feather flock together’ (los pájaros del mismo plumaje vuelan juntos). Pues eso