Una derrota estructural
El pasado miércoles, 24 horas después de la debacle en París, el programa ‘Tot Costa’ de Catalunya Ràdio preguntó a sus oyentes: ¿Fútbol o Actitud? Era una manera de cuestionarse quién fue más culpable, el técnico con su planteamiento o los jugadores con su actuación.
Cuando un gran equipo como el Barça, el mejor del mundo como recordó ayer Guardiola, pierde 4-0, no hay un único responsable. Con fútbol pero sin actitud, el Barça habría perdido 4-2. Sin fútbol pero con actitud, 2-0. En el Parque de los Príncipes, ni hubo fútbol -Unai Emery le ganó la partida táctica a Luis Enrique- ni actitud -los jugadores del PSG arrollaron a los del Barça, que perdieron todos los duelos individuales y no reaccionaron en ningún momento-.
El problema del Barça no fue puntual, es estructural. Hay que ampliar el debate. En París faltó fútbol, como en muchas fases ante Real Sociedad, Athletic, Betis o Atlético, y faltó actitud. Pero también faltó planificación en verano. El barcelonismo se ha felicitado durante meses de los fichajes, pero a la hora de la verdad solo juegan dos y ni Umtiti mejora el rendimiento en las grandes citas de Mascherano ni André Gomes ni siquiera se acerca al Rakitic pieza clave en los ocho títulos de la era Lucho. El fondo de armario azulgrana es incomparable al del PSG, que el martes tenía en el banquillo o en la grada a Thiago Silva, Aurier, Maxwell, Motta, Pastore o Lucas Moura.
Hay un cuarto responsable de la derrota, del que siempre nos olvidamos al analizar los partidos del Barça: el rival. Cavani alargó su extraordinaria racha goleadora; Kimpembe confirmó sus prometedoras expectativas; Di María marcó dos golazos;
Draxler demostró que es un fichaje desequilibrante; Rabiot jugó el partido de su vida; Verratti refrendó que es un futbolista para el Barça... Y
Emery se reivindicó ante los analistas que se cachondeaban de sus pobres registros ante los culés. Un entrenador que encadena tres Europa League solo puede ser considerado uno de los mejores del mundo. El primer día que se midió al Barça en igualdad de condiciones, goleada
No hay un solo culpable: faltó fútbol, faltó actitud... y faltó planificación