El Barça cree en el título de Liga a pesar de todo
El vestuario hace autocrítica por los errores cometidos, pero también desea más que nunca una Liga con muchas circunstancias que la han hecho mucho más difícil
Luis Enrique advirtió tras el triunfo en el derbi que el Barça tiene claros sus dos objetivos, Liga y Copa, y que no contempla otro escenario que no sea pelear por ellos hasta el final. A pesar de que para reeditar la Liga es necesaria una derrota como mínimo del Madrid, en el vestuario existe el convencimiento de que haciendo el pleno de puntos el título se quedará en el Camp Nou. El equipo espera conseguir que haya valido la pena el esfuerzo efectuado en unas circunstancias especialmente adversas esta campaña, con muchos detalles extradeportivos que han jugado en contra. A pesar de todas esas dificultades, la plantilla cree en el título. Y, en el peor de los casos, quiere forzar al rival a tener que ir al límite para ser campeón de Liga.
Son muchos los detalles que se considera que han perjudicado al conjunto azulgrana esta temporada. En primer lugar, tanto cuerpo técnico como plantilla hacen autocrítica por una serie de tropiezos atribuibles a errores propios, tales como planteamientos equivocados, fallos individuales o falta de intensidad en algunos momentos. Sin embargo, han pasado muchas cosas extrañas y, pese a que la política oficial ha sido la de guardar silencio, parte del vestuario coincide plenamente con lo que a lo largo del año ha ido expresando Gerard Piqué.
Para empezar, están los errores arbitrales clave en determinados momentos. El más claro, sin duda, el de Hernández Hernández en el campo del Betis, al no conceder un gol cuando el balón había entrado medio metro en la portería verdiblanca. Pero es que en la misma jugada, delante mismo del colegiado, hubo un penalti clamoroso a Neymar. Aunque no se exprese abiertamente, en el vestuario barcelonista no comprenden cómo el colegiado se equivocó en una jugada tan clara por partida doble. O en las manos del Villarreal-Barça.
También es incomprensible la amplia tolerancia con la que se juzgan las faltas cometidas sobre jugadores del Barça. Acciones como la que acabó con la temporada de Aleix Vidal quedaron impunes. El Barça también perdió a Iniesta durante meses por una acción durísima de Enzo Pérez en la que Undiano Mallenco ni pitó falta. En cambio, corren a amonestar a jugadores azulgrana como si les fuera la vida.
El doble rasero
Cuando Piqué hizo una referencia al palco del Bernabéu, aunque nadie salió a apoyarle, en el vestuario se le aplaudió. Los árbitros reflejan en el acta, por ejemplo, que Neymar aplaude al árbitro, pero nunca cuando es Sergio Ramos quien lo hace, a pesar de que es reincidente, y siempre con impunidad. Los tres últimos partidos de sanción al brasileño produjeron indignación, que se multiplicó con el agravio con Ramos: acción idéntica en el Clásico, impune, con la complicidad amplia de árbitros, estamentos y medios de comunicación. El mismo día, Marcelo agredió a Messi sin castigo. Y en la misma temporada, sigue el asedio judicial a Messi y Neymar mientras en el Congreso ni se responden preguntas sobre Cristiano Ronaldo.
Por todo eso (y mucho más) a esta Liga se le da mucho valor. Y se considera que no está, ni mucho menos, perdida... pese a todo