TRES TOQUES
1 El peor rival que pasó por el Camp Nou en años
55.026 aficionados en el Camp Nou en la tarde y noche de rayos y truenos tiene mucho mérito. Por no estar, no estaba ni Pep Callau, el speaker de la hora inicial del encuentro. Los que fuimos al estadio, mereció la pena a pesar de tardar 80’ para hacer un trayecto que habitualmente se recorre en 20. Una vez allí, la primera parte del Barça, la intensidad de Paulinho -que ha entroncado con la afición-, las habituales genialidades de Messi, la lección magistral de Umtiti, las ganas de Deulofeu y la duda eterna de si Suárez tendrá el día o la pegará con la uña ya justifican el viaje. Tras la expulsión de Piqué, Valverde debería haber sentado a Ter Stegen para que entrase Mascherano. Ayer pararon más los de seguridad, a los que querían invadir el campo, que el portero alemán. El Olympiacos no remató ni bien ni mal hasta el 90’. Ni contra 11 ni contra 10 supieron qué hacer ante un buen Barça. No me extraña que la numerosa afición helena corease el nombre de Valverde durante un buen rato. Le echan mucho de menos. Por lo que vimos, el Olympiacos es el peor rival que ha pasado por el Camp Nou en Champions en muchos años
2 Elogios a Valverde que también son para Robert
Sustituir a Guardiola era la decisión más difícil del Barça en el siglo XXI. Zubizarreta lo tuvo claro: “Después de Pep, Tito”. Tenía tanto de sentido común como de arriesgado y se logró la Liga de los 100 puntos. Relevar a Luis Enrique, tras sus 9 de 13 títulos, tampoco era sencillo. Y menos, cuando un año atrás por estas fechas Bartomeu intuyó que el asturiano estaba viviendo su última temporada. Robert lo tuvo claro y el presidente comulgó con la idea. Su primera y única opción era Valverde. El hermetismo tenía que ser total y el secretario técnico del Barça, excompañero del Txingurri en el Camp Nou, tuvo meses por delante para ir aplanando la autopista. Surgieron nombres. Los que se postulaban y los que proponía la prensa. De Unzué a Koeman pasando por Eusebio o Sampaoli. Pero Valverde era la apuesta prioritaria y fueron a por él. Dos días después de ganar la Copa en el adiós de Luis Enrique, llegó Valverde. Se quedó sin Neymar, no se fichó a Coutinho, se rompió Dembélé y el equipo, a pesar de todo, parece imbatible. El mayor acierto de un secretario técnico es dar con el entrenador adecuado. De momento, un bingo total. Las notas definitivas, en mayo
3 Las dos caras del colegiado Mateu Lahoz
El partido más espectacular, futbolísticamente hablando, de la jornada del martes fue el Manchester City-Nápoles. Los de Guardiola jugaron una primera parte de campanillas que era para sentenciar por goleada y, al final, consiguieron ganar porque su portero paró uno de los dos penaltis que chutó el equipo italiano. Los pitó el valenciano Mateu Lahoz, que hizo, a mi entender, un partido prácticamente impecable, a la altura del espectáculo. Ya en el Atlético-Barça del sábado estuvo bien. Por fin, parece que ha dado con el criterio justo entre el dejar jugar y pitar las faltas que son. La principal crítica, por parte de los futbolistas del Barça, al colegiado preferido de Mourinho (con el que el Barça jamás ha perdido un partido pero nos birló una Liga en el Camp Nou ante el Atleti anulando el gol legal de Messi) era que tenía un criterio cambiante durante el partido. Dejaba jugar, permitía el choque y, de pronto, cambiaba de parecer y lo pitaba todo y sacaba tarjetas por doquier. A Gabi, del Atlético, le mostró la amarilla a la primera tarascada a Messi y, a partir de ahí, el partido fue plácido. Si sigue por esta senda, el árbitro español se ganará estar en el Mundial