No, sin un título
Con Orobitg y su hermano Pere en Manchester, crecen los rumores sobre la renovación de Guardiola con el City. No lo hará hasta estrenar su palmarés
El Daily Mail explicaba hace unos días que la relación Manchester City-Guardiola, que expira el 30 de junio de 2019, es inmejorable y que pronto podría anunciarse la renovación del entrenador hasta 2021. Rumores que crecen día a día cimentados en la excelente marcha del equipo que, con 12 victorias y un empate en los 13 partidos de disputados en la Premier, ha logrado el mejor arranque de la historia de la Liga inglesa.
El dato, unido al espectacular juego desarrollado de los ‘skyblues' que han hecho pleno de victorias en la liguilla de Champions, convierte al City en el equipo de referencia de la temporada. Un trabajo que, cualquiera que le conozca, sabe que Guardiola considera incompleto y que precisa ratificar con la consecución de títulos. Pep, por mucho que haya hecho desde su llegada a Manchester, no ha levantado trofeo alguno y para merecer la renovación se exige a si mismo levantar una Copa. El año pasado, debutando en la Premier, se quedó en blanco.
Guardiola, que entre 2008 y 2012 ganó 14 títulos con el Barça (él cree que son 15, al sumarle el ascenso del Barça B) y otros 7 en sus tres años con el Bayern Múnich, también empezó muy bien en el ejercicio anterior pero al final no se cumplieron las expectativas y con un año más de contrato, por muy bien que vayan las cosas, por más interés que tenga el club, no quiere prolongar hasta que levante un título con el City.
Sin embargo, la presencia conjunta en Manchester de su hermano Pere y de su agente, Josep Maria Orobitg, ha provocado deducciones atropelladas que insinuarían la precipitación de los acontecimientos con una renovación anticipada a los plazos marcados por Guardiola. Y no será así. Pep, en el Barcelona y en el Bayern, apuró los contratos. En el City hará lo mismo y mientras no alcance sus objetivos personales, su entorno y el club puede que vayan hablando y hablen de cosas, pero lo sustancial seguirá dependiendo de la posición personal del técnico.
Guardiola, que es de los que predica con el ejemplo, no podría exigir a sus futbolistas si él, con gestos inequívocos como este, no se exigiera a si mismo. El City que, sí, va muy bien, no ha ganado nada de nada y hasta que el equipo deje de salir en los pronósticos para entrar en la historia, no habrá más novedad que las buenas intenciones