Mundialito de alto riesgo para los madridistas
Una expulsión podría dejar a un jugador sin el Clásico del 23 de diciembre en el Bernabéu
El Real Madrid corre el peligro de perder a alguno de sus jugadores para el Clásico del próximo 23 de diciembre en el Santiago Bernabéu pese a que desde ahora y hasta esa fecha no disputará ningún otro partido de Liga.
Según reveló ayer la periodista de la cadena Cope Arancha Rodríguez, en el caso de que algún futbolista merengue fuera expulsado durante el Mundialito de clubs que se disputa en Abu Dhabi y recibiera una sanción por parte de la FIFA que se extendiera más allá del citado torneo, el castigo deberá cumplirse en los siguientes partidos oficiales que dispute su club, en este caso el Real Madrid.
El Clásico, tras el Mundialito
Y si se diera esta circunstancia, el primer encuentro oficial que afrontarán los de Zinedine Zidane a su regreso del Mundialito es el Clásico del 23 de diciembre, ante el FC Barcelona, en el Santiago Bernabéu (13.00). Sería ahí cuando un futbolista blanco que arrastrara una sanción del torneo debería cumplir el castigo.
El artículo 38 del Código Disciplinario de la FIFA de 2017 contempla el ‘traslado de suspensiones’. Tras especificar en su punto 1 que “en general todas las suspensiones se trasladan de una fase a otra de la misma competición”, especifica en el 2 cómo se resuelve la situación en la que una sanción no pueda ser cumplida “dentro de la competición en cuyo transcurso se hubiesen acordado (por eliminación del equipo o por haberse tratado del último encuentro del torneo)”.
Y en el apartado d) de dicho punto 2, se especifica que los partidos pendientes de la “Copa Mundial de Clubes de la FIFA” se cumplirán “en el siguiente partido oficial del club”. Que sería, en el caso del Real Madrid, el Clásico del Bernabéu del 23 de diciembre.
El Real Madrid, que este pasado sábado no pudo contar por sanción ante el Sevilla con Carvajal ni Casemiro por acumulación ni con Sergio Ramos por la doble amarilla que vio en San Mamés y que le convirtió en el futbolista con más expulsiones de la historia de la Liga con 19 tarjetas rojas, corre pues serio peligro de perder a alguna pieza clave ante la visita del Barça.
El curso pasado, en la final que disputó el cuadro blanco ante el Kashima japonés, Sergio Ramos estuvo precisamente al borde de la expulsión, que el zambiano Sikazwe
le perdonó cuando, con la amarilla en la mano, se percató de que era la segunda y se la guardó. Aquella tarjeta le habría acarreado un partido de suspensión, que el andaluz debería haber cumplido en la siguiente jornada de Liga. No se dio la circunstancia, pero ahora el Mundialito se perfila como una auténtica amenaza para los de Zidane