Rehacerse sale caro
La noche del pasado 16 de agosto, ya confirmada hacía días la marcha de Neymar al PSG y sin asimilar todavía la superioridad del Real Madrid en el partido de vuelta de la Supercopa de España, la sensación general entre todos los barcelonistas es que esta temporada no se iba a ganar ni la Copa del Rey. El desconcierto era total, con un 5-1 de global encajado ante el eterno rival en la primera competición del curso, sin saber todavía si el cambio de entrenador había sido acertado, con la directiva buscando refuerzos a la desesperada a precios astronómicos provocados por los 222 millones que había dejado Neymar en la caja...
Para colmo, se montó una moción de censura que al parecer contó con el aval de 12.000 socios. Aunque al final no prosperó, era una cifra elevada de barcelonistas enfadados. El ambiente era de lo más sombrío y el momento, tanto en lo deportivo como en lo institucional, muy preocupante.
La llegada de Dembélé, todavía un proyecto de futbolista, muy caro, y Paulinho, una operación que entonces se cuestionó por el estilo y porque llegaba de China por 40 millones, no sirvió para cambiar los ánimos. Pesó más en lo negativo que el club no pudiera entonces cerrar el fichaje de
Coutinho. Más desconcierto. Pero comenzó la Liga, la tranquilidad de Ernesto Valverde se contagió y el Barça comenzó a dar imagen de seriedad y fortaleza, con una seguridad defensiva que hacía años que no se veía en el equipo azulgrana. No nos metían goles y entre Messi y compañía iban encadenando partidos ganados, sin apenas empates y ninguna derrota, mejorando el juego poco a poco.
Paralelamente, los que se iban a comer el mundo en verano empatan fuera y en casa, pierden partidos inesperados... En el ambiente futbolístico se comienza a lanzar la pregunta de si el Real Madrid había tirado ya la Liga cuando estaba a 10 puntos del líder. Ahora, con la distancia aumentada, ya ni se plantea la cuestión. Viendo el partido de los de Zi
nedine Zidane contra el Villarre- al, la sensación es que aquel desconcierto que se había instalado en el Camp Nou en agosto se ha trasladado ahora al Santiago Bernabéu. Cuesta entender una endeblez defensiva como la que se aprecia. Casi todos los rivales les marcan goles pese a que todos los defensas merengues son internacionales. La pérdida de confianza en todas las líneas es total y la falta de acierto de la BBC de cara a portería es alarmante para satisfacción de los barcelonistas. Como hombre de fútbol, me pregunto qué le ha pasado al Real Madrid porque no recuerdo un bajón tan grande de un equipo que ha ganado casi todos los títulos recientes en juego. Es inexplicable que ahora no puedan con casi nadie.
Aunque invertir mucho dinero no garantiza nada, para salir de su desconcierto el Barça se ha tenido que gastar 300 millones entre fijos y variables por una promesa como Dembélé y un jugador de características determinadas como Coutinho. Imagino que al Real Madrid también le saldrá muy caro rehacerse de esta situación y salir de su desconcierto.
El Barça, pese a estar en una situación liguera ideal, se ha permitido una inversión que a la masa social le preocupa poco porque en este tipo de clubs el bolsillo del socio no se ve afectado. Como dice un amigo, “yo pago mi carnet y mi abono cada año y el club que haga lo que quiera”. En el Madrid va a suceder lo mismo
El Barça tuvo que hacer una gran inversión tras la crisis de agosto: el Madrid le imitará