Cuando el fútbol no lo es siempre todo
Tremenda lección la que el domingo dio Sergio Rico sobre el césped del Sánchez Pizjuán y, luego, ante los medios de comunicación. Después de las críticas que le generaron dos discutibles ‘cantadas’ en los partidos ante el Getafe (Liga) y Leganés (Copa), el portero del Sevilla dio una exhibición de poderío ante el Girona, con paradas que valieron tres puntos de oro para su equipo ante un gran rival.
Además de adivinar la intención de Aday y atajar el penalti lanzado por el centrocampista catalán justo antes del descanso, Sergi Rico tuvo intervenciones determinantes en acciones del propio Aday, del debutante ‘Choco’ Lozano y de Portu, sobre todo al final del partido. Se marchó del Pizjuán como el héroe del partido y con la afición de nuevo metida en el bolsillo. A sus 24 años y ya con algunos títulos a sus espaldas, lo mejor es lo que le queda por delante. También a nivel internacional. La llegada de Montella, además, parece favorecerle después de que con el ‘Toto’ Berizzo competía en la titularidad con David Soria. Sin embargo, dejando a un lado lo meramente deportivo, el guardameta del equipo hispalense se ha ganado a pulso los elogios a también nivel personal. Porque si algo ha demostrado Rico estos días es que, en la vida, no todo es fútbol y que hay cosas que van más allá de si el balón entra o no. Sus constantes detalles con Antonio, un niño de 9 años enfermo de cáncer, valen muchísimo más que tres puntos. Gran lección de humanidad. No es el primero ni será el último, pero ejemplos como estos dignifican este deporte