Más igualdad y emoción que juego
Segundo parón de la Liga y nueva ocasión para los balances y los análisis. Todo gira en torno la igualdad y la emoción del Campeonato, el más compacto de lo que va de siglo, con el Sevilla líder y los grandes favoritos al título sufriendo como bellacos, como demuestran los últimos resultados del Barcelona y el Real Madrid, situación por la que anteriormente pasó el Atlético.
Es considerablemente higiénico que fluya la paridad, que entre el líder y el colista haya 11 puntos; entre el primero y el octavo sólo cuatro y que ya no haya equipos invictos, pero se presta poca atención al juego, más allá del estilo que defienda y practique cada equipo.
No. No se está viendo buen fútbol. Cierto es que la incertidumbre de los resultados crea exaltación popular. El 1-0 (21 partidos) se ha convertido en un asiduo compañero de viaje con el porcentaje más alto de los últimos 30 años, pero se echa de menos un poco más de continuidad y regularidad. Es indudable que el juego posicional y la posesión han perdido valor y no conceden tantas probabilidades de victoria. De hecho, lo más corriente es ganar los partidos sin ganar la tenencia. La tendencia futbolística del Mundial de Francia se ha instalado y ahora se impone el físico, las transiciones rápidas y la llegada a los espacios. La nueva moda