Més que un club, una marca
Si hoy lo aprueban los socios compromisarios, el nuevo escudo del Barça se estrenará la próxima temporada. Los baños de realidad siempre son de agua fría y este escalofrío se antoja dolorosamente inevitable.
Los baños de realidad son siempre de agua fría y por eso, desde que el 27 de septiembre la junta aprobó el rediseño del escudo del Fútbol Club Barcelona, los inadaptados al mundo real llevamos tres semanas largas tiritando. Vivir sin letras es un escalofrío.
La visible catalanidad que aún representa la imagen FCB en el escudo -y por la que hubo que luchar en los peores tiempos pasados- contrasta con su ausencia en el logo y quienes entienden de diseño y negocio son capaces de justificarlos. La estrella en el mercado de coches, se asocia sin más a Mercedes. Y los aros a Audi. Y en otros ámbitos, el garabato a Nike. El ‘tefoil’ de Adidas, en cambio, mantiene el nombre.
La cuestión es que especialistas, expertos en la materia (esto no va de directivas sino de un negocio apoyado en un presupuesto
de casi 1.000 millones) bendicen el rediseño de Summa. Sabios como Enric Jové, Lluis Bassat o Claret Serrahima (autor en 2002 del rediseño del escudo) bendicen el trabajo de Summa con Conrad Llorens y Josep Mir al frente. Todos ellos tienen, comparten, una visión global que contrasta con la sentimental visión local del aquí presente y algún ausente. (La nostalgia, por lo visto, sigue siendo un error). Así las cosas, cuando esta mañana se llegue al punto 6 del orden del día de la Asamblea del FCB, los socios compromisarios deberán pronunciarse sobre la ratificación de la propuesta de modificación del artículo 2º de los Estatutos del FC Barcelona, en relación con el escudo de la Entidad. El inevitable momento de bañarse en la realidad que implica asumir que para competir en el mercado de los equipos de élite, el Barça, mundialmente conocido como ‘Més que un club’, ahora necesita ser una marca