No me ha gustado Autocomplacencia después del 5-1
Hoy el Barça debe aprovechar la segunda oportunidad para clasificarse como primero de grupo y convertir el partido en el Camp Nou ante el Tottenham en un mero entreno con mucha pasta en juego. Quizá con un empate ante el PSV bastará, pero significará el cuarto partido seguido del Barça sin ganar. Es más, el equipo de Valverde arrastra cinco encuentros sin dar su mejor cara. Desde que se le endosó el 5 a 1 al Madrid (y sin Messi) el rendimiento ha ido a menos. Ante la Cultural Leonesa se ganó en el minuto 91, en Vallecas íbamos perdiendo en el 87 un partido que habíamos empezado ganando, ante el Inter nos dormimos tras el gol de Malcom que nos clasificaba como primeros, el Betis nos zarandeó en casa ya con Messi, y ante el Atlético fue de nuevo Dembélé quién metió un gol salvador sobre la campana. Era una noche para sentenciar media Liga y por la falta de ambición atacante del planteamiento, el puntito fue un mal menor para mantenernos por encima de los de Simeone y encarar el gol-average particular, que puede ser clave a final de curso. Parece que el sobreesfuerzo del equipo en los cinco partidos sin Messi, saldados con nota altísima, le hizo pensar que eran tan buenos que, cuando volviera el mejor del mundo, ya serían imparables. Un equipo ensimismado y creído es el primer paso para perder títulos. Que vuelva el hambre por la Liga, ya