Ni un rayo de luz en el Bernabéu
Hubo más público con el Melilla, indiferencia con Isco, pitos para Asensio y sólo el Balón de Oro de Modric animó a la grada
El batacazo del Madrid en Champions contra el CSKA Moscú (0-3) ha dejado a la afición blanca más fría que nunca. El Bernabéu reunió ayer a 55.229 espectadores ante el Rayo, una cifra ligeramente inferior a los 55.243 seguidores que se congregaron para la visita copera del Melilla, un Segunda B ante el que los de Solari ya dejaron resuelta la eliminatoria en la ida con un 0-4.
La de ayer fue la segunda peor entrada en el Bernabéu en esta Liga. La afluencia más floja se produjo el pasado 19 de agosto, en la 1ª jornada contra el Getafe, cuando apenas acudieron 48.446 hinchas, la entrada más paupérrima en casi una década. La falta de fichajes ‘top’, unido a la falta de fútbol del equipo y a sus sonados tropiezos, hace que se estén viendo esta temporada demasiados asientos vacíos en el Bernabéu.
Los únicos aplausos de la parroquia blanca fueron para Modric, que ofreció su Balón de Oro a la afición antes del partido. El croata recibió una fuerte ovación y se hizo una foto con el resto de titulares. Otro de los momentos más esperados era ver cómo recibiría el Bernabéu a Isco tras su enfrentamiento con la grada ante el CSKA. Cuando sonó su nombre por megafonía, la reacción del público fue de indiferencia total. Solari no quiso exponerle ante la afición y el andaluz ni siquiera calentó. Fue de nuevo suplente en LaLiga (no es titular desde el 5-1 en el Camp Nou). Asensio, que sí entró en el once, no chuta. Perdonó el 2-0 tras dos grandes ocasiones que le hicieron ganarse los pitos.
Este Madrid de Solari no transmite ninguna ilusión, no impone respeto y se ha instalado en la mediocridad. Su juego es vulgar, sin autoridad ni confianza, y miedoso, como se vio al final del partido ante los rayistas, con todos los jugadores blancos metidos en su área y pidiendo la hora, mientras muchos aficionados, totalmente desencantados, desfilaban por los vomitorios.
Triunfos de pena ante los colistas
El Real Madrid solo ha ganado por la mínima y de milagro a los dos últimos de LaLiga: 0-1 al Huesca y 1-0 al Rayo. Una triste tarjeta de visita para el vigente campeón de Europa, que hoy viajará a los Emiratos Árabes en busca de su tercer Mundial de Clubs consecutivo. Primero deberá superar en ‘semis’ al Kashima japonés, que ya fue una pesadilla para los blancos en la final de 2016
De nuevo suplente en LaLiga, Isco ni calentó tras encararse con la afición ante el CSKA