Mundo Deportivo

BATACAZO

Partidazo en el Metropolit­ano en el que el club catalán acabó echando al Atleti con un inesperado 3-3 Los rojiblanco­s remontaron un 1-2 y rozaron la gesta, pero el Girona golpeó con un último gol

- Chema G. Fuente

Comenzó extraña la tarde para el Atlético y el asunto ya pintaba mal desde el inicio. La enésima lesión de Vitolo cuando iba a ser titular, alguna rectificac­ión en el once, el incierto futuro de varios jugadores en este mercado... el frío. Unos antecedent­es que no invitaban al optimismo. El aroma de toda la eliminator­ia era extraño para los colchonero­s. En Montilivi merecieron más, pudieron llevarse menos, pero el caso es que dejaron la eliminator­ia expuesta a un accidente que acabó por producirse.

Complicado explicar todo lo que pasó en este partido de vuelta y la eliminació­n de un Atlético que no fue inferior a su rival, sobre todo en este partido de vuelta. Si un equipo como el Girona hace tres goles en el Metropolit­ano sería una temeridad minusvalor­ar su partido, pero la realidad es que el Atlético generó más, tanto en la ida como en la vuelta, dejó buenos minutos, rozó una remontada tremenda en su propio estadio... y acabó cayendo.

El equipo catalán tiró tres veces a puerta en el Metropolit­ano y marcó tres goles. Eliminado ante un rival que tiene menos de un tercio de presupuest­o que el colchonero. ¿Fracaso? Cuanto menos una enorme decepción que no está a la altura de una plantilla diseñada para pelear por Laliga, la Copa y Champions.

Y eso que el partido arrancó al son que marcó el Atlético. Presión alta, robos continuos, un interesant­e 4-2-3-1 que sirvió para evitar que el cuadro catalán se desplegase con la velocidad que suele por las bandas, pero sobre todo para ver a un Lemar de enganche que ofreció una versión mejor que en los últimos partidos; y pases a la espalda de la defensa catalana.

Así llegó el primer gol. Godín teledirigi­ó un pase de 40 metros para pillar por sorpresa a los centrales del cuadro gerundense. El croata dejó botar el balón, levantó la cabeza y fusiló por bajo a Iraizoz. El equipo de Simeone no se echó atrás, como suele, se hizo con el balón y siguió atacando. Correa rozó el segundo gol con un disparo desde la frontal que se marchó pegado al palo. Acto seguido, Mateu anuló correctame­nte un gol de Kalinic que estaba en fuera de juego.

El Girona no había dado señales de vida en más de media hora, pero una acción muy tibia de Lemar, que no estaba jugando mal, para perder un balón a 30 metros de la meta de Adán acabó con un centro que fue despejado al pico del área donde Valery marcó el gol de su vida, bajó el balón con el pecho y lo cruzó con potencia.

El miedo le entró en el cuerpo al Atlético y el fin del primer acto fue un acoso visitante, misma tónica con la que comenzó la segunda mitad. Una falta lateral, ponía de nuevo por delante al Girona. Stuani marcaba. El Atlético reclamaba un empujón a Godín pero el VAR lo desestimab­a. Simeone metía a Griezmann, Rodrigo y Lucas. Necesitaba dos goles y acosaba a Gorka. Correa empataba el partido tras un pase filtrado del francés. Y Arias ponía el 3-2 pero Mateu lo anulaba. Se revisaba de nuevo. En las imágenes parecía que Valery habilitaba el gol pero... Por fin, Griezmann colocaba el 3-2 legal en el 83’ y todo apuntaba a remontada épica. Pero el Girona no había dicho su última palabra. Centro de Pons al área, tocaba Borja y Doumbia desviaba a la red para el 3-3 en el 87’ y el Atlético fuera

El VAR anuló dos goles al Atlético, un de ellos muy dudoso, y revisó el tanto de Stuani

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FOTO: J.A:S. Los jugadores del Girona celebran un gran empate a tres goles en el Metropolit­ano, que apea al Atlético de Madrid en los octavos de la competició­n

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