2. Estimulante olor a gol
Tras media hora, batería de ocasiones y una inevitable entrega física. El incesante olor a gol estimulaba a ambos equipos pero faltaba algo muy importante: la precisión técnica final para presentar un balón que pidiera gol.
Antes del descanso, Dembélé, Terrier y Busquets tampoco pudieron cantarlo. Con la pelota los dos equipos sumaban muchos jugadores por delante de la pelota; sin ella, el Barça mostraba una mejor estructura defensiva que el 4-4-2 local en esa faceta (Denayer y Marcelo notables en el corte).
En la reanudación quien remató primero fue Depay pero también desviado. No perder balón en la salida ni en medio campo era fundamental para no quedar en el uno contra uno ante los delanteros del Olympique