Tramposos en el fútbol
En un partido de fútbol existen los jugadores que piensan en todo, los que juegan para destruir, los que lo protestan todo y también existen los mentirosos, los que intentan engañar a los colegiados, esos son los tramposos del fútbol. El último en sumarse a la lista es el madridista Casemiro, que fingió una patada en el partido contra el Levante, que si lo hubiera tocado de verdad todavía estaría en el hospital.
Siempre he sostenido que los primeros en adaptarse a las nuevas tecnologías fueron los deportistas, antes incluso que la prensa. Pero también tengo que reconocer que muchos de esos deportistas, en su mayoría futbolistas, dan exhibiciones de desconocer que hoy en día un partido de fútbol es controlado por muchas cámaras, y que no solo se pueden leer sus insultos o consignas –por eso algunos se tapan la boca- sino también se reflejan sus fechorías e intentos de engañar el reglamento. Esos impostores puede que consigan lo que pretenden por el bien de su equipo, y logren victorias, y sumen títulos, pero también habrán ganado desprestigio y quedarán marcados para toda su vida. Pero lo que sería importante es que los Comités de Competición, atentos y vigilantes para sancionar cualquier manifestación política dentro de un campo de fútbol o pitidos contra un himno, intervinieran en estos casos y sancionaran duramente a estos farsantes del fútbol que nada bueno enseñan a los niños que en algún momento les han idolatrado