La idea de Florentino era ganar tiempo para darle el equipo a Raúl
La escuela Renato Cesarini lleva desde 1975 curtiendo futbolistas y entrenadores desde Rosario (Argentina). Dos de sus fundadores, los hermanos Eduardo y Jorge ‘Indio’ Solari, suman 145 años de pura locura futbolística. Despiertan cada mañana soñando con el barro más que con el césped, porque en las enseñanzas que transmiten no sólo se cultiva el amor al balón, también la entrega y el sacrificio. A Santi el banquillo del Real Madrid le llegó en el peor momento. Pero quién dice no al Madrid... Sabía que Cristiano Ronaldo había escrito el guión de los éxitos en Champions, no tanto por sus goles (que también) pero más aún por controlar un vestuario donde no cabían más egos que el suyo. Y como CR7 sabía que sólo entregándose como un gladiador podría sentarse en la mesa de Messi y que además necesitaba a sus compañeros tensionados, pues hacia las veces de líder y de motivador. Decidió el sobrino de Jorge Solari que ‘limpiaría’ a quién no se entregase: señaló por indolente a Isco y sus amigos pagaron las miradas furtivas. Se atrevió con Marcelo, porque no le hacía caso (táctico) ni en los partidos ni en los entrenamientos. Y le ha ido mal. Y el que peor lo lleva es Florentino porque el plan era que Solari aguantase, que mimara a Vinicius y pusiera al brasileño sonriente en ese escaparate que sirve para calmar a la grada. Debía aguantar como pudiera al Barça en la Liga y dejar que la música de la Champions embrujase el ambiente por si la suerte y el VAR hacían el resto.
El plan de Florentino era confirmar a Solari para darle tiempo al nuevo Zidane ,el único entrenador al que la afición dejaría trabajar sin mirar al palco: Raúl González Blanco. El ‘7’ es un enamorado del fútbol, tanto como de quemar kilómetros, afición que comparte con Luis Enrique. Los galácticos de La Fábrica Raúl o Xabi Alonso se acercan a Zidane en su forma de interpretar el fútbol, al menos ideológicamente, con respeto al balón y a lo que representa el buen fútbol. Quizá el más talentoso de esta camada era Álvaro Benito, pero le faltaba el glamour para ser el elegido, así que mejor sacárselo de encima para hacer sitio.
Raúl seguirá con el Juvenil B blanco mientras
Florentino se lamenta. El plan era perfecto: él dando forma al estadio que inmortalizase su figura y
Raúl en el banquillo.
Una suerte de Zidane con añadido de la cantera, nadie se giraría hacia el palco para quejarse