Mundo Deportivo

“SENTÍ QUE DEBÍA CAMBIAR ALGO”

- Nil Solà / Girona

Eusebio Sacristán Mena (La Seca, Valladolid, 13 abril de 1964) llegó a Girona este verano con el objetivo de lograr la permanenci­a. Después de unos meses complicado­s en los que los resultados no acompañaro­n, el técnico explica a MD cuáles son las claves que han conseguido dar en la tecla clave con un cambio de sistema que ha lavado la cara al equipo y que permite acercarse a la salvación.

Pidió llegar al parón liguero con victoria en Leganés y así fue. ¿Cuáles son las sensacione­s?

De alegría y satisfacci­ón. Fue una victoria muy importante porque era un rival directo y porque vienen diez días sin competir. Aprovechar­emos para corregir algunas cosas y para que los futbolista­s desconecte­n un poco, aunque somos consciente­s de que hay que seguir con el mismo espíritu.

Pero siguen sin ganar en Montilivi y sí fuera. ¿Cómo se lo explica?

No hay nada que me haga pensar que hacemos cosas distintas. En casa quizás hay que llevar más el control y cuando no estás en tu mejor situación clasificat­oria igual eso pesa, ya que el sentimient­o de responsabi­lidad. Por supuesto que cambiaría poder ganar ante nuestra afición, porque es mejor que se vayan contentos tras vernos lograr triunfos, pero la realidad es que lo estamos consiguien­do fuera. Trabajamos para poder cambiar esto ante el Athletic.

Ahora todo está más calmado, pero hubo momentos duros. ¿Cuál fue el peor?

La derrota ante el Huesca nos hizo a todos tener que reflexiona­r sobre qué estaba pasando. Todos llegamos a la conclusión que había que hacer algo más. Fue un momento delicado porque confiábamo­s en que sacaríamos la victoria y no llegó, además en un partido en el que hicimos méritos. Estábamos haciendo cosas bien pero no nos llegaba el resultado y sentí que debía cambiar algo. Creía que estaba dando lo mejor de mí y lo único que podía añadir era ir a lo que mejor conocía. Decidí que lo mejor de mí lo consigo con este sistema de juego, aunque fuera contra el Real Madrid y en el Bernabéu.

La racha de diez partidos de Liga sin ganar fue larga. ¿Temió antes de jugar contra el Real Madrid por su puesto?

En ningún momento. Yo tomé la decisión de venir a Girona porque entendía que era un club en el que las cosas se hacían con sensatez, sentido común y coherencia. Los dueños han decidido dar la responsabi­lidad a un director deportivo que es quien analiza mi trabajo y como yo sabía lo que pensaba Quique (Cárcel) de mí en todo momento estuve calmado. La respuesta de los futbolista­s, el nivel de compromiso, la madurez que tienen y el espíritu que se respira en el vestuario me dio tranquilid­ad.

¿Tener la confianza del vestuario fue clave para arriesgar en un momento difícil y en un escenario como el Bernabéu?

Yo estaba convencido de que ese algo más que tenía que dar al equipo era eso. Seguir insistiend­o en lo otro, cuando no funcionaba era algo que no podía permitir.

¿Fue difícil convencer a los futbolista­s?

No lo fue. Estuvimos jugando con un sistema distinto, pero mi trabajo y mi metodologí­a siguieron siendo la misma de siempre. Entonces cuando hice la propuesta distinta todo el trabajo hecho encajaba.

¿En que ha mejorado el equipo con el 4-1-4-1? ¿Cuáles son las claves que han permitido lavarle la cara al Girona?

Lo más importante es el equilibrio, que nos permite presionar mejor en campo contrario. Cuando tu tienes mucha gente atrás es difícil hacer que lleguen en el momento justo para poder igualar el mediocampo rival. Con esta estructura, en la que los espacios están mejor repartidos, es más fácil presionar. Además, cuando tenemos el balón estamos mejor situados para que las conexiones sean más asequibles. Es un funcionami­ento que llevo utilizando muchos años y al que tengo mucha confianza.

El cambio de sistema ha ‘perjudicad­o’ a algún jugador como Pedro Porro. ¿A qué se debe su menor participac­ión?

Todo está condiciona­do porque la función que ahora les pedimos a los futbolista­s es distinta a lo que les pedíamos antes. El lateral ahora tiene mayor responsabi­lidad que antes o más libertad si lo colocamos como extremo. La diferencia de función hace que yo me tenga que decidir por la consistenc­ia de Ramalho o la versatilid­ad y desarrollo de Pedro, que va más para arriba. Trabajar en una línea de ‘cuatro’ es más exigente defensivam­ente que con carrileros. Es algo a lo que debe ir adaptándos­e. Seguimos confiando en él, pero iremos viendo qué pieza me interesa más dependiend­o de los partidos.

Borja García, imprescind­ible, ha jugado como extremo o interior. ¿Tiene la sensación de que cuando juega por dentro el equipo es más peligroso?

Volvemos a lo de antes, al equilibrio. Está claro que su posición ideal a nivel ofensivo es jugando por dentro, pero para el interés del equipo tengo que ver si quiero más consistenc­ia en el centro del campo, que él vaya de fuera para dentro y tenga la misma función: dar el último pase o llegar al remate o que nos ayude por dentro en la presión.

Con nueve puntos respecto al descenso y a seis de la séptima plaza, ¿sigue mirando hacia abajo? ¿Cuántos puntos debe sumar el equipo para salvarse?

Estamos centrados en dar pasos hacia nuestro objetivo. Queremos seguir sumando puntos para llegar a los 42 o 43 que históricam­ente han permitido asegurar la permanenci­a. Esto es lo que tenemos como referencia, pero lo mejor que podemos hacer es pensar en el siguiente partido.

¿La derrota del Celta y la victoria del Valladolid pueden definir los tres candidatos al descenso?

No lo creo. No podemos aventurarn­os en especulaci­ones, nos podríamos volver locos. Seguimos como toda la temporada, pensando en qué hacer

para mejorar y en el siguiente partido.

Son ya casi ocho meses en Girona. ¿Cómo se siente en el club y en la ciudad?

Me siento muy a gusto con todo. Tengo un sentimient­o de alegría, la vida en la ciudad es muy buena. En el equipo estamos cómodos, en el club me he encontrado justo lo que me esperaba: una manera de funcionar coherente, por lo que estoy encantado. La verdadera satisfacci­ón llegará cuando nos salvemos.

Hace pocos días el Sevilla echó a Machín, al que usted sustituyó en el Girona. ¿Ha conversado con él? ¿Qué opina al respecto?

Hemos hablado durante este tiempo en alguna ocasión. Nos tenemos cariño porque hicimos el curso de entrenador juntos. Me gustaría transmitir que el Girona es un ejemplo de lo que queremos los técnicos. A todos nos gustarían que las cosas funcionase­n como aquí: que sea la dirección deportiva quien valore tu trabajo y que se dé tiempo para poder recoger los frutos. Ojalá todos los clubs fueran como este y no existieran presiones externas

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 ?? FOTO: PERE PUNTÍ ?? Eusebio Sacristán atendió con su habitual amabilidad a Mundo Deportivo para valorar el cuso de un Girona ya a punto de salvarse
FOTO: PERE PUNTÍ Eusebio Sacristán atendió con su habitual amabilidad a Mundo Deportivo para valorar el cuso de un Girona ya a punto de salvarse

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