La esquiadora Lindsey Vonn recibe el Premio Princesa de Asturias de los Deportes
Lindsey recogió ayer el Premio Princesa de Asturias de los Deportes por su ejemplar y exitosa trayectoria El Rey Felipe VI exaltó la capacidad de la legendaria esquiadora para anteponerse a múltiples dificultades
→ El pasado mes de febrero colgó los esquís a los 34 años, y ya como leyenda sigue recogiendo los frutos de su esfuerzo. Lindsey Vonn (18 de octubre de 1984; Saint Paul, Estados Unidos) ha sido una esquiadora total, puro talento, que ha demostrado además tener una fortaleza mental capaz de superar cualquier obstáculo. Un cuerpo de cristal acompañado por una mente de hierro que le ha hecho anteponerse a innumerables lesiones, siempre regresando por todo lo alto, hasta decir basta el pasado mes de febrero.
“Mi cuerpo está roto y sin posibilidad de recuperarse: me grita para que me detenga y es hora de que lo escuche”, decía la estadounidense en aquella ocasión. Y ayer recogió un merecido Premio Princesa de Asturias de los Deportes. Un reconocimiento que no podía llegar en mejor día, el de su 35 cumpleaños, que celebró en el Teatro Campoamor recogiendo su galardón. Entre los ocho premiados, Vonn accedió al escenario vestida de blanco y negro pese a ser una deportista de todo color, divertida y llena de fuerza, esta vez brillando por su elegancia. Lució una vez más la sonrisa perenne que la hace ser tan codiciada por todas las marcas, y que unida a su carácter extrovertido, su temperamento, su poder mediático y sus logros sobre la nieve, la han convertido en una esquiadora casi irrepetible. Un icono puro con un palmarés excepcional, con tres medallas olímpicas, 8 en Supergigante, 20 títulos de Copa del Mundo y 82 victorias.
Ejemplo de superación
Números inigualables para una deportista que se eleva al Olimpo de los elegidos no solo por sus triunfos, también por cómo ha logrado superar de forma reiterada con trabajo y esfuerzo las enormes dificultades que siempre le plantearon las lesiones. Como en su carrera de despedida, en el Campeonato del Mundo de Are (Suecia), donde fue bronce pese a competir con las rodillas maltrechas y tan solo 72 horas después de sufrir una brutal caída que no le impidió volverse a levantar como siempre hizo.
Por ello, en su discurso final, el Rey Felipe VI dejaba muy claros los motivos por los que era la elegida. “Recibe el premio por rasgos de su carácter como la resistencia, la valentía, la tenacidad y fortaleza inherentes al éxito de su carrera deportiva. Es paradigma de no solo todo lo que se puede alcanzar con determinación superando dificultades, lo es también de todo lo positivo que el deporte aporta al ser humano”, expresó el monarca.
Felipe VI Recibe el premio por rasgos de su carácter como la resistencia, la valentía, la tenacidad y su fortaleza”
Con un palmarés de vértigo y leyenda, está retirada de la competición y centra sus esfuerzos en ayudar a las mujeres más jóvenes, trabajando para la igualdad, creando oportunidades de futuro”
“Tras lograr tantas copas, medallas, metas, con un palmares de vértigo y leyenda, está retirada de la competición y centra sus esfuerzos en nuevos retos, como ayudar a las mujeres más jóvenes (a través de su fundación), trabajando así en favor a la igualdad para que superen a obstáculos en su preparación, generando verdaderas oportunidades de futuro. Un gran ejemplo y un incentivo para millones de niñas que necesitan llevar adelante sus sueños. Y hoy, además, si me lo permiten, la felicitamos porque es su cumpleaños”, concluyó, con una última frase inesperada que sacó otra enorme sonrisa a Lindsey. Todo ello, minutos después de avanzar con paso firme, acompañada de un fuerte aplauso en el escenario, hacia lo que se ha ganado a pulso. Lindsey, la Supergigante de las montañas, desde ayer, Premio Princesa de Asturias. La Princesa de las nieves ●