Pizarro bien, menos con la roja
Lo primero que quiero destacar es el buen comportamiento de los jugadores sobre el campo, que facilitaron la labor del árbitro del partido de ayer, Pizarro Gómez.
Pese a las 11 faltas del Barça y las 18 que hizo el Granada, no hubo juego violento por parte de ninguno de los dos contendientes. Al principio Pizarro Gómez tuvo que pitar muchas faltas. En el minuto 9 el Granada ya llevaba seis, por lo que Leo Messi se le acercó para pedir alguna amonestación para el conjunto andaluz. A lo largo del partido, el árbitro sancionó todo lo que vio y pudo decirse que eso fue todo lo punible. También gracias a eso tuvo el control del partido en todo momento. Y otro detalle a destacar: tuvo el control sin hacer gestos ostensibles, aplicando la máxima de que el protagonismo es de los futbolistas e intentando pasar desapercibido. Además, concedió varias ventajas correctamente.
En las tarjetas tuvo un buen criterio a nivel general, excepto en la segunda a Germán, que le supuso la tarjeta roja y la expulsión en el minuto 68. Para mí fue excesiva y, como es obvio, le supuso un hándicap al Granada en el tramo final del partido. Por otro lado, el VAR de Mateu Lahoz no tuvo protagonismo en el partido porque no hubo ninguna jugada que lo requiriera.
Por último, aclarar un detalle. En el minuto 61 el Granada hizo dos faltas consecutivas y ambas se cometieron fuera del área. Pizarro sancionó la segunda, fuera del área, con lo que acertó sin duda alguna. No había penalti ●