Y LEO SIGUE SIENDO EL REY
→ El argentino resolvió en el debut de Setién ante un Granada que jugó media hora con diez y chutó un balón al palo → El técnico confió en Riqui Puig, que reanimó al equipo cuando decaía el ritmo tras ser superior muchos minutos
→ Comenzó la ‘era Setién’ y Leo Messi sigue siendo el rey. El argentino decidió, tras un gran pase de Arturo Vidal, un partido que el Barça dominó ampliamente pero que estuvo a punto de atragantársele. Poco antes del gol, el Granada chutó al palo. El equipo deja, en el arranque de su nuevo entrenador, cosas muy positivas, como un control del juego absoluto durante muchos minutos, al lado de una sensación de que el presente no es tan distinto, de momento, al pasado más reciente. Salvo, quizás, por la irrupción de Riqui Puig, que entró con 0-0 y reanimó el ritmo cuando decaía, toda una prueba de confianza.
El Barça, en definitiva, sigue líder tras ganar de forma menos sobrada que la mayoría de los partidos en casa esta temporada. Pese a acreditar una posesión de balón altísima, le costó trasladar su enorme superioridad al área del Granada. Pocas ocasiones reales en el primer tiempo. Más cer- ca estuvo el gol en la segunda parte, paradójicamente cuando más costaba generar juego. El conjunto azulgrana movió bien el balón, pero fue de más a menos en cuanto a ritmo, hasta que el Granada se quedó con diez. La entrada de Riqui Puig le dio un impulso final.
Setién, probablemente, decepcionó de entrada a quienes esperaban una ruptura total. Dibujó un 4-3-3 en la hoja de alineaciones. ¡Con Vidal y Rakitic! También con
Ansu Fati a la derecha del ataque, al lado de un Messi que, sin Suárez, jugó de ‘falso nueve’, y de Griezmann. El joven delantero comenzó fuerte y, en su primera intervención, recibió de Messi, no se lo pensó y puso a prueba al meta Rui Silva. Y también fue suyo el segundo aviso, tras internada de Messi y centro de Alba.
Al margen de situar a Messi como ‘falso nueve’, la novedad táctica fue que Sergi Roberto, lateral derecho, se ubicó como tercer miembro de una defensa de tres, con Piqué en el centro y Umtiti a la izquierda. Así, Busquets avanzó su posición.
El Barça apostó claramente por la salida de balón y hubo mucha movilidad, pero pocas ocasiones realmente claras gracias al trabajo defensivo del Granada, que abusó de las faltas en zona de creación. El mediocentro Gonalons, por ejemplo, no vio tarjeta ni por reiteración pese a su amplio catálogo de patadas ni después de un durísimo plantillazo a Alba.
Tres defensas reales
El resultado del rol más retrasado de Sergi Roberto en el supuesto 4-3-3 fue en la práctica un 3-5-2, porque Alba se estiraba, como extremo, y Griezmann, cuya casilla de partida seguía en el extremo izquierdo, se iba al interior, donde ayudaba en la creación. El equipo azulgrana exhibió también entusiasmo a la hora de recuperar tras pérdida. Griezmann se ganó al Camp Nou con acciones como un sprint bajando a apoyar tras una subida de Sergi Roberto, con el Granada buscando el tres contra tres.
Sin ‘nueve’ de referencia, faltaba una marcha más en los metros finales, aunque una internada de Messi acabó en chut al lateral de la red tras pared con Jordi Alba. Tampoco se transformaron dos chuts exteriores de Messi y Rakitic y el paso de los minutos derivó en ataques algo precipitados y desajustes. Así llegó el susto, un chut al palo de Yan Eteki en una transición rápida tras mal pase de Sergi Roberto. Poco después, sin embargo, el defensa Germán propinó una patada por detrás a Messi y se ganó la segunda tarjeta diez minutos después de la primera. Un grave error.
El segundo sello que puso Setién en el partido fue la entrada de Riqui Riqui Puig, cuando el ritmo del Barça iba decayendo. El joven canterano volvió a poner ritmo al equipo azulgrana. Recuperó un balón que llegó a Messi y Leo combinó con Arturo Vidal, en situación de ‘nueve’, que le devolvió un balón de lujo. El crack, entrando en el área, remató sutilmente a gol con la derecha. Por fin caía el muro del Granada ●