Una reina que ya no es invencible
→ Hosszu, fin a una racha centenaria de triunfos en 200 estilos
→ Ha sucedido dos veces en lo que va de 2020 cuando era algo impensable en los últimos tres años. Katinka Hosszu ha perdido en los 200 estilos. Por partida doble. Ambas derrotas han llegado en la piscina larga que manda en la primera mitad del año.
Anécdota o no, lo cual se comprobará cuando lleguen el Campeonato de Europa y, especialmente, los Juegos Olímpicos de Tokio, Hosszu se ha visto sobrepasada en este inicio de temporada en dos ocasiones en la prueba que más domina. Y ese dominio es uno de los mayores de la historia de la natación. Fue segunda el 19 de enero en la Champions Series de Pekín tras Sydney Pickrem, mientras que el pasado viernes, tras quedarse a 34 centésimas en las series del tiempo de Kathleen Baker en el Meeting Internacional de Niza, fue derrotada por la estadounidense en el cara a cara de la final.
Lo de “intocable” no lo dicen las sensaciones, sino los datos. Si bien es muy complicado computar todos los meetings nadados por Hosszu por falta de un calendario único de competición y de algunos datos en los organismos oficiales, tomando los que ofrece la página europea de referencia en este sentido, ‘Swimrankings’, Hosszu puso fin en Pekín a una racha de nada menos que 109 victorias consecutivas en los 200 metros de los cuatro nados, combinando piscina corta y larga. Estas victorias computan todas las finales y series de semifinales y eliminatorias nadadas por Hosszu desde que fue tercera en la final del Meeting de Amiens del 29 de abril de 2017.
Sin embargo, el nivel de la magiar es tal que además ha acabado primera en la inmensa mayoría de esos globales de semifinales y de eliminatorias. Tan solo en siete pruebas de las disputadas desde entonces, siempre teniendo en cuenta que
Hosszu nada una gran cantidad de carreras al año, no ha acabado primera de ese total y se limitó a ganar la serie en la que participaba.
Intocable en grandes eventos
Una racha de este calibre llega propiciada por la excelsa regularidad de Hosszu, capaz de convertir lo extraordinario en rutina. Su dominio es tan grande en los 200 estilos que no cede un oro en una gran competición en la que haya tomado parte (Juegos Olímpicos y Mundiales y Europeos tanto en piscina larga como en corta) desde que fue derrotada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y al final de ese año en el Mundial de piscina corta de Estambul. Desde entonces encadena un oro olímpico, cuatro mundiales y tres europeos, además de tres oros mundiales y cinco europeos en piscina corta.
Hosszu no solo se ha limitado a ganar, sino que ha exhibido una incomparable gestión de fuerzas a lo largo de los años. Sigue manteniendo el programa más largo en cuanto a número de pruebas de la natación mundial en cada competición. Lo hace además con una enorme carga de meetings que no tiene comparación en su deporte y manteniendo la exigencia a un nivel altísimo en cada carrera disputada: no entiende el nadar sin darlo todo.
A sus 30 años y camino de los 31, después de la sonada ruptura personal y profesional con Shane Tusup en 2018, Hosszu anunció a finales de noviembre que también había puesto fin a su relación con el preparador Arpad Petrov, quien había tomado las riendas de su carrera desde entonces. En periodo de más autogestión que nunca, aunque con la misma ambición de siempre, Hosszu está manteniendo su altísima carga en el camino hacia Tokio 2020. Eso sí, a pesar de que apunta a ser de nuevo gran favorita al oro en esos 200 estilos, la reina de la modalidad ya ha perdido su condición de invencible ●
Acumula dos derrotas en duelos directos en 2020 en sus 200 estilos fetiches
Son el fin a una racha en la que se le recogen 109 victorias seguidas en ellos