Mundo Deportivo

El mejor Llull vuelve a Málaga

→ El Real Madrid se apoyó en un buen partido del menorquín para liquidar al Bilbao y plantarse en ‘semis’, donde se medirá+ al Valencia

- Julián Felipo

→ Coger despreveni­do al Madrid una vez es posible, dos resulta casi una utopía. Los blancos acudieron a esta Copa preparados para no fiarse de un Bilbao Basket que fue capaz, no sólo de ganarles a ellos, sino a todos los equipos de Euroliga en ACB, y consiguier­on adueñarse del partido a partir del tercer cuarto para alcanzar las semifinale­s, donde se las verá mañana sábado con el Valencia Basket.

Haber encontrado la mejor versión de Sergio Llull, autor de 19 puntos y 4 de 9 triples, fue importante para que los de Laso cerraran el partido y no sufrieran sustos mayores en un final con diferencia­s que oscilaron entre los 7 y los 11 puntos.

Una mejora defensiva clara a partir del descanso y la determinac­ión y acierto de Carroll y Campazzo también resultaron factores que decantaron la balanza de un partido, hasta entones, muy igualado.

El Bilbao de Mumbrú, sin complejo alguno, jugó unos primeros veinte minutos de gran mérito, respondien­do al desafío ofensivo que le proponía un rival con más talento y físico. La puntería de Kulboka o Bouteille, y el trabajo bajo los aros de Balvin y Lammers le permitiero­n mantener la igualdad e incluso disponer de algunas ventajas pequeñas. Al intermedio se llegó con un 50-47 esperanzad­or para una afición vasca que se dejó oír en el Carpena.

Sin Rudy Fernández, que apenas jugó seis minutos de la primera mitad y se marchó a vestuarios con alguna molestias, Laso dio licencia para que Carroll y Campazzo empezaran a dinamitar el partido tras el descanso. El acierto que mostraron y la mayor energía que puso el Madrid atrás dieron como resultado un parcial de 16-2 que parecía podía liquidar el partido. La tercera personal de Rouselle dañó a los vizcaínos en ese tercer cuarto ya que con Schreiner en la dirección se perdió algo el criterio y se acumularon las pérdidas.

Levantar diferencia­s de 16 (7357) ya parecía lejos del alcance de los ‘hombres de negro’. De todas formas, lo intentaron con persistenc­ia entre el final del tercer cuarto y el inicio del cuarto, logrando algún parcial mínimament­e favorable (2-7) tras frenar tres posesiones seguidas del rival.

Fue entonces cuando apareció la mejor versión de Sergio Llull sobre el parquet del Carpena, el mismo escenario en el que decidió la final

del 2014 ante el Barça con un tiro desde un lateral.

El Bilbao llegó a reducir a cinco las diferencia­s (75-70) con más de cinco minutos por jugarse, persistien­do a pesar de la acumulació­n de problemas, como la cuarta personal de Balvin, que le restó potencia dentro de la zona para batallar con Tavares.

Dos triples de Llull casi consecutiv­os, uno de ellos con tiro libre adicional, abrieron la brecha final y propiciaro­n esos últimos minutos sin sobresalto­s para el gran favorito, reafirmado mucho más en este papel después de la eliminació­n previa del Barça.

Habrá que ver ahora si los de Laso han aprendido de los errores ajenos y son capaces de frenar el empuje de un Valencia Basket que buscará el sábado un segundo KO de un grande que resultaría apoteósico ●

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FOTO: EFE Llull, lanzando un triple. El base menorquín fue el artífice de la sentencia del partido en el último cuarto

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