Neymar, los números hablan
Neymar ha metido 15 goles y ha dado 10 asistencias en 18 partidos con el PSG. En un contexto de general humildad, olvido y perdón, es el jugador ideal para el Barça. En el escenario contrario, es mejor que no vuelva
Los octavos de final de la Champions parecen malditos para Neymar que, las dos últimas ediciones, no pudo jugarlos por estar lesionado. En la primera, fue baja en el partido de vuelta jugado contra el Madrid en el Parque de los Príncipes. En la segunda, se perdió los dos partidos ante el Manchester United y en ambos casos su equipo fue eliminado.
El martes 18 el PSG tiene partido de ida en Dortmund y Thomas Tuchel tiene dudas de que el brasileño llegue en condiciones óptimas al eterno Westfalenstadion y ahora, por dinero, llamado Signal Iduna Park. Jugándose lo que se juega el PSG, equipo adiestrado y multimillonariamente alimentado para ganar la máxima competición que nunca ha logradocelebrar,noesdeextrañarque el técnico alemán esté preocupado por el estado físico de Neymar quien, hasta su lesión el 1 de febrero contra el Montpellier, estaba jugando mejor que en toda su visa. Como nunca, incluyendo sus mejores momentos con Santos, Brasil y Barça.
Una molestia intercostal, consecuencia del golpe sufrido el 1 de enero contra el Montpellier, cortó de cuajo el excelso rendimiento que, para no agotar adjetivos, lo resumiremos en números: 18 partidos, 15 goles y 10 asistencias. Futbolista diferencial y decisivo. Único. El tipo que Messi, y resto de pesos pesados, habría querido tener este año a su lado y que, en el
mercado de verano, volverá a ser objetivo doble. Del club y del vestuario. Valor de mercado en este momento: entre 160 y 180 millones.
En este sentido, en el de la preferencia de la plantilla, el ex vicepresidente Mestre ha contado esta semana, por triplicado, que en sus cinco años en el cargo, y hasta el momento Neymar, el equipo jamás había señalado un futbolista para firmarlo cuanto antes. Una explicación que además matizó que fue en modo sugerencia y que Messi, la voz más autorizada, pidió la vuelta de Neymar pero no presionó a la directiva. Mestre quizás no lo recuerda pero Leo se ha quedado más veces con las ganas. Durante todo este tiempo hubo un par de veces en las que quiso tener de compañeros a dos futbolistas que tampoco vinieron.
Los jugadores en cuestión eran argentinos, ambos siguen jugando y han contrastado de sobra la categoría. Del primero que tenemos referencia es de Éver Banega que vino a la Liga en 2008 procedente de Boca Juniors. El segundo aún es más conocido: Sergio Agüero, fichado siendo casi un niño en 2006 y hoy estrella indiscutible en el City de Guardiola y Txiki que, dicho sea de paso, en su etapa blaugrana ya valoraron el fichaje del Kun que, como es obvio, no llegó a concretarse.
En cuando al tercero, Leo tiene razón. En este momento, no hay en el mundo mejor refuerzo para el Barça que Neymar, pero antes de iniciarse el nuevo serial veraniego del hijo pródigo, convendría tener claro si en el barcelonismo hay olvido y perdón para un jugador que quiso irse y se fue y ahora quiso volver y no pudo. Si el regreso viene marcado por el reproche diario, el rencor permanente, mejor que se quede en París o se vaya a otro sitio. Si hay indulto, el Barça es su equipo