Mundo Deportivo

El día que Mano de Piedra dijo “no más”

- David Llorens

En la década de los 80 el boxeo tuvo la inmensa fortuna de que coincidier­an en el tiempo, en el espacio y en el peso cuatro extraordin­arios púgiles que redimensio­naron su deporte. Han pasado a la historia como ‘The Fabulous Four’, un evidente guiño a The Beatles, porque como sucedió con el grupo de Liverpool lo revolucion­aron todo. Tres estadounid­enses, Sugar Ray Leonard, Thomas ‘Hitman’ Hearns y ‘Marvelous’ Marvin Hagler, y un panameño, Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán, se enfrentaro­n varias veces entre sí, dejando como herencia algunos combates colosales, y dieron un nuevo impulso a un pugilismo que estaba en cierto declive tras una primera mitad de los 70 en la que Ali, Frazier y Foreman habían dejado altísimo el listón.

El primero de los combates épicos entre estos ‘Fabulous Four’ lo disputaron Leonard y Durán. A lo largo de su carrera se vieron las caabajo, en tres ocasiones pero sin duda la más recordada es la segunda, la pelea que acabó con el controvert­ido “No más” del panameño.

Sugar Ray era un púgil portentoso y ágil, un bailarín rápido y espectacul­ar. Además era exasperant­emente chulo en el cuadriláte­ro, donde solía amagar golpes circulares y vacilar a sus oponentes en un show casi circense. La primera vez que se midió a Durán, en junio de 1980 en Montreal, Leonard (invicto con 27-0) defendía por segunda vez el cinturón de campeón mundial welter y sabía que tenía enfrente a un pegador nato muy peligroso, que sólo había perdido en una ocasión. Aún así, su autoconfia­nza desmadrada le hizo abandonar su estilo habitual y aceptar el cara a cara en el terreno donde su oponente se sentía más cómodo: piernas quietas e intercambi­o feroz de golpes. Salió mal. ‘Mano de Piedra’ ganó por decisión unánime.

Cuatro meses más tarde llegó la revancha en el Superdome de New

Orleans. Durán llevaba 41 triunfos seguidos y su fama estaba en su apogeo, pero Leonard había aprendido de sus errores. Esta vez recupero su estilo y no paró de moverse, danzando y esquivando durante todo el combate mientras lanzaba jabs, ganchos y directos desde la derecha, desde la izquierda, desde desde arriba a un panameño que estaba completame­nte descolocad­o porque sus golpes sólo encontraba­n el vacío.

En los compases finales del octavo asalto, Durán se tragó un tremendo impacto en el rostro tras la enésima chulería de un Leonard crecidísim­o; acto seguido ‘Mano de Piedra’ se giró de espaldas, levantó un brazo y dijo al árbitro Octavio Meyrn: “No más”, abandonand­o.

KO técnico y Sugar Ray recuperaba su trono.

Aquella derrota, por el modo como se produjo, fue la tumba mediática de Durán, que tardó casi tres años en recuperar el crédito perdido. La inmensa mayoría de los numerosos productos comerciale­s que se asociaban a su imagen cortaron relaciones con él y cayó en desgracia incluso en su país, donde hasta entonces era un orgullo naras cional.

Más tarde el panameño aclaró que nunca dijo “no más”, que fue una confusión alimentada por el locutor televisivo Howard Cosell. Según él lo que dijo, murmurando para sí mismo, es “no sigo, no sigo, no sigo”, y no por el hecho de que Leonard le estuviera dando una paliza sino porque tenía calambres estomacale­s debido a que había tenido que perder peso muy rápido y que, una vez efectuado el pesaje oficial, se había hartado de comer. Su propio manager, Carlos Eleta, desmintió esta versión poco después: “No abandonó porque tuviera calambres en el estómago, lo hizo porque estaba desconcert­ado”.

El capítulo final de la trilogía Leonard vs. Durán tardó nueve años más en llegar (1989, en Las Vegas), esta vez en el peso medio, cuando, si bien Leonard había reforzado su aura legendaria tras batir a Hearns y Hagler, la estrella del panameño hacía tiempo que se había apagado. Venció Sugar Ray a los puntos ●

En los 80 Leonard, Durán, Hearns y Hagler revolucion­aron el pugilismo

Durán, un pegador excepciona­l, acabó pidiendo clemencia ante Sugar Ray

 ??  ?? Durán había vencido a Leonard en su primer duelo y llegaba al segundo en el cénit de su fama. Pero Sugar Ray le desquició con su velocidad y movilidad y el panameño acabó por rendirse. El modo como se produjo aquella derrota fue su tumba mediática: los anunciante­s le dieron la espalda y cayó en desgracia
Durán había vencido a Leonard en su primer duelo y llegaba al segundo en el cénit de su fama. Pero Sugar Ray le desquició con su velocidad y movilidad y el panameño acabó por rendirse. El modo como se produjo aquella derrota fue su tumba mediática: los anunciante­s le dieron la espalda y cayó en desgracia
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