El Bayern, en versión rodillo
→ Con un 4-2-3-1, amenaza por fuera, por dentro y con alto ritmo
→ No parecía que un técnico colocado en principio para cuatro partidos fuera el encargado de recuperar las esencias del Bayern de siempre, el Bayern en versión rodillo. Pero el fútbol, como siempre, es inescrutable y Hansi Flick ha convertido el especulativo equipo de Nico Kovacs en una formación ambiciosa que mira permanentemente adelante.
Sus 19 victorias seguidas con un saldo de 53 goles a favor y tres en contra en ese periodo son el producto de una apuesta claramente intimidatoria con el rival, sea quien sea, y ahí está ese global de 7-1 al Chelsea en la Champions para avalarlo. Los méritos del ex interino Flick son obvios. Ha hecho de Lewandowski el mejor Lewandowski de su carrera, como guinda, no como única solución. Su Bayern ataca por fuera con balas como Davies, Coman o Gnabry, pero también por dentro con otro de los rejuvenecidos, Muller. La polivalencia y la movilidad es otra obsesión de Flick para hacer más imprevisible a su equipo. Por
eso devolvió a Kimmich al lateral al no tener a Pavard ante el Chelsea a causa de una lesión de tobillo. Para intuir los retoques tácticos de Flick lo mejor es remitirse a su plan en partidos grandes. Ganó la final de Copa al Bayer con un 4-2-3-1: Neuer; Pavard, Boateng, Alaba, Davies; Kimmich, Goretzka; Gnabry, Müller, Coman; Lewandowski. Y goleó al Chelsea en la Champions ya sin Pavard ni el tocado Coman. El sitio de Kimmich en el mediocentro lo ocupó Thiago, con Perisic en una banda, Gnabry en la otra y Muller por el eje, a la espalda de ‘Lewa’. El estilo Bayern ha vuelto con Flick ●