KOEMAN ENSENA SU IDEA
El técnico dio una hora a su once tipo en la victoria ante el Girona, la segunda de su etapa Leo Messi lideró el ataque con un doblete y fabricó el otro de Coutinho Trincao y Pedri volvieron a dejar destellos de calidad y de un juego fresco e ilusionant
Ronald Koeman moldea en el campo el Barça que tiene en mente. Su idea de un equipo sólido y ofensivo permitió resolver con victoria el segundo test de pretemporada ante el Girona y aunque hay muchas dudas por resolver, enseñó más de lo que se esperaba. Una idea de fútbol ofensivo relleno de jugadores con talento sin importar la edad de su carnet de identidad. Eso, sí, con Messi liderando su propuesta.
A Messi le han bastado un puñado de entrenamientos y un rato en los dos primeros amistosos para demostrar que el gol no se trabaja, que marcar es un don. Y él lo tiene en los genes. Ante el equipo de Francisco Rodríguez, ideó el primero con un pase genial, firmó el segundo con un disparo potente desde la frontal del área con la derecha y anotó el tercero calcándolo con la izquierda. El Barça de Koeman es también el Barça de Messi. Cuesta pensar que existió el peligro de un traspaso por voluntad propia.
El técnico holandés, que celebra un dos de dos, hizo jugar durante una hora a un equipo con formato de titular. No varió el dibujo táctico, recurrió al doble pivote para dar equilibrio y situó a cuatro atacantes por delante. Messi, con la orden de ser falso 9, Trincao por la derecha, Griezmann de mediapunta y Coutinho por la izquierda. La fisonomía de este once ganó consistencia y relevancia como punto de partida.
La idea del técnico empezó a desparramarse en el campo con más superioridad que aplomo.
Ante un Girona atormentado por ausencias importantes, como la de Stuani, el Barça dedicó el tiempo a combinar, a buscar espacios entre líneas y a cambios de juego de un lado a otro del campo, un recurso nuevo aunque puntual. El ritmo bajo, normal en pretemporada, no permitió excesiva funcionalidad pero sí fue suficiente para crear algunas ocasiones convincentes. Una primera de Coutinho con un disparo que rebotó en un rival y acabó rechazado por el travesaño. La segunda, el remate de Leo chocó con el pecho de Juan Carlos, una tercera de falta del mismo crack argentino y la cuarta, a los veinte minutos, que ya resultó definitiva. Los cuatro delanteros intervinieron en una jugada nostálgica al primer toque con recuperación de Griezmann, genialidad de Messi al hueco, asistencia de Trincao y remate a gol de Coutinho.
Premio a la superioridad
El marcador de 2-0 se pudo incrementar de inmediato con otro disparo de un buen Coutinho, el que más lo probó, pero el premio a la insistencia no llegó hasta un minuto para el final de la primera parte, cuando Messi desenfundó desde la frontal con la derecha, su pierna menos habitual. El balón golpeó en el poste largo del portero del Girona.
Pese al marcador confortable, el Barça no afinó en defensa. Cometió varios errores que pudieron costar algún gol y no fue por la inclusión de Araujo, que estuvo muy atento al corte, sino por errores de control desde el centro del campo. Uno de ellos, cometido por De Jong en los primeros instantes de la segunda mitad, costó el primer tanto de un Girona ordenado y serio pero mitigado de potencial por las ausencias. Samu Saiz, que atesora buena calidad, no perdonó el regalo.
Messi no tardó en enmendar el fallo. Afiló su bota e improvisó un chut desde fuera del área que gracias a que impactó en un rival, se coló en la portería de un desesperado Juan Carlos. Dejó el marcador en franquicia para la segunda línea que entró a la hora del partido. Un experimental doble pivote con Riqui Puig y Aleñá y con Dembélé por la derecha a la hora de chutar. Pedri también se dejó ver con un fogonazo desde la izquierda y detalles de crack. Tiene catálogo y fútbol. La afición debió frotarse las manos con tanta calidad por metro cuadrado. Si Koeman,
logra encajar las piezas, será un equipo para tener muy en cuenta.
Fue un Barça impulsado por la cantera. Riqui y Aleñá no desentonaron y dieron un aire fresco a un juego basado también en el ímpetu de jóvenes como Konrad y Pedri y las ganas de Braithwaite. Buenas prestaciones que no se tradujeron en un cuarto gol, aunque hubo distintas peticiones. El gol, de nuevo, fue ayer cosa de Messi, claro. El problema es que se volvió a encajar un gol con muy poco. Una desconexión en la media costó muy caro. Un asunto a corregir ●
‘Cou’ y Messi, pichichis Coutinho y Messi llevan dos goles cada uno y son por ahora los pichichis de la pretemporada