Mundo Deportivo

Un gol coral para la esperanza

En el 1-0 participar­on los cuatro atacantes: Griezmann se la dio a Messi, Leo a Trincao y éste asistió a Coutinho

- Fernando Polo Barcelona

El Barça se adelantó en el marcador en el partido ante el Girona con un golazo en que quedó muy clara la gran fantasía y clase que atesoran en sus botas los cuatro futbolista­s que ayer ocuparon los puestos de ataque en el once inicial que puso en liza Ronald Koeman.

Tirando de su sistema 1-4-2-3-1, en el que está confiando desde el partido contra el Nàstic, en punta jugó Antoine Griezmann como teórico ‘nueve’, con Messi por detrás suyo ejerciendo de mediapunta con libertad total, con Trincao en la banda derecha jugando a pierna cambiada y con Coutinho por la izquierda.

Precisamen­te estos cuatro jugadores fueron decisivos en el primer gol azulgrana del partido. Tras un pase de Busquets, Griezmann inició una incursión por el eje del ataque y condujo el balón hacia el área, donde se lo cedió a Leo Messi. El argentino, tras despistar a su par con un movimiento corporal, filtró un pase genial a Trincao, quien ya corría al espacio por la banda derecha antes de que el capitán se girara. Parecía como si los dos hubiesen jugado juntos muchas veces, cuando evidenteme­nte no es así y tampoco han compartido demasiados entrenamie­ntos. El extremo portugués fue generoso: vio a Coutinho solo en el segundo palo y, en vez de intentar llevarse la gloria buscando un gol propio, se lo regaló al brasileño en el minuto 21. Es el segundo gol de Coutinho en la pretempora­da tras su tanto de penalti ante el Nàstic de Tarragona.

Este tanto representó un punto diferencia­l en la habitual inercia del Barça de los últimos años, en que la mayoría de los ataques acababan en las botas de Messi para que fuese el argentino quien culminase la jugada. Algo que tiene su lógica porque Leo es el mejor finalizado­r del mundo, algo que acreditan sus espectacul­ares cifras goleadoras, pero que también tiene sus aristas menos positivas. Por un lado, provoca que los rivales sepan con mucha seguridad que el balón tiene muchas opciones de acabar, cerca del área, yéndole a Messi, con lo que le diseñan marcajes corales cada vez más difíciles de superar para el argentino. Por otro, los propios compañeros de Messi, a excepción de su amigo Suárez, pierden frescura en posiciones de ataque buscándole incluso cuando ellos están en posición de remate.

El 1-0 ante el Girona representa lo que quiere Koeman: que el equipo tenga la guinda atacante y decisiva de Messi pero que la línea de vanguardia sea capaz de conectar con naturalida­d y de provocar jugadas que no sólo tenga que acabar el mejor del equipo. De hecho, ayer uno de los extremos asistió y el otro remachó en el 1-0. Eso sí, la realidad es que en el 2-0 y el 3-1 la figura de Messi volvió a ser decisiva para lograr el segundo triunfo de la era Koeman ●

Por quién entrará Ansu Fati, cuando se recupere, en el teórico once titular para la Liga?

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FOTO: EFE Coutinho, celebrando su gol con Griezmann ante la mirada de Trincao. El primer tanto fue una ejecución de toda la delantera después de que el francés robara un balón para que Leo diera un pase al hueco y asistencia de Trincao
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