Un gol coral para la esperanza
En el 1-0 participaron los cuatro atacantes: Griezmann se la dio a Messi, Leo a Trincao y éste asistió a Coutinho
El Barça se adelantó en el marcador en el partido ante el Girona con un golazo en que quedó muy clara la gran fantasía y clase que atesoran en sus botas los cuatro futbolistas que ayer ocuparon los puestos de ataque en el once inicial que puso en liza Ronald Koeman.
Tirando de su sistema 1-4-2-3-1, en el que está confiando desde el partido contra el Nàstic, en punta jugó Antoine Griezmann como teórico ‘nueve’, con Messi por detrás suyo ejerciendo de mediapunta con libertad total, con Trincao en la banda derecha jugando a pierna cambiada y con Coutinho por la izquierda.
Precisamente estos cuatro jugadores fueron decisivos en el primer gol azulgrana del partido. Tras un pase de Busquets, Griezmann inició una incursión por el eje del ataque y condujo el balón hacia el área, donde se lo cedió a Leo Messi. El argentino, tras despistar a su par con un movimiento corporal, filtró un pase genial a Trincao, quien ya corría al espacio por la banda derecha antes de que el capitán se girara. Parecía como si los dos hubiesen jugado juntos muchas veces, cuando evidentemente no es así y tampoco han compartido demasiados entrenamientos. El extremo portugués fue generoso: vio a Coutinho solo en el segundo palo y, en vez de intentar llevarse la gloria buscando un gol propio, se lo regaló al brasileño en el minuto 21. Es el segundo gol de Coutinho en la pretemporada tras su tanto de penalti ante el Nàstic de Tarragona.
Este tanto representó un punto diferencial en la habitual inercia del Barça de los últimos años, en que la mayoría de los ataques acababan en las botas de Messi para que fuese el argentino quien culminase la jugada. Algo que tiene su lógica porque Leo es el mejor finalizador del mundo, algo que acreditan sus espectaculares cifras goleadoras, pero que también tiene sus aristas menos positivas. Por un lado, provoca que los rivales sepan con mucha seguridad que el balón tiene muchas opciones de acabar, cerca del área, yéndole a Messi, con lo que le diseñan marcajes corales cada vez más difíciles de superar para el argentino. Por otro, los propios compañeros de Messi, a excepción de su amigo Suárez, pierden frescura en posiciones de ataque buscándole incluso cuando ellos están en posición de remate.
El 1-0 ante el Girona representa lo que quiere Koeman: que el equipo tenga la guinda atacante y decisiva de Messi pero que la línea de vanguardia sea capaz de conectar con naturalidad y de provocar jugadas que no sólo tenga que acabar el mejor del equipo. De hecho, ayer uno de los extremos asistió y el otro remachó en el 1-0. Eso sí, la realidad es que en el 2-0 y el 3-1 la figura de Messi volvió a ser decisiva para lograr el segundo triunfo de la era Koeman ●
Por quién entrará Ansu Fati, cuando se recupere, en el teórico once titular para la Liga?