Peterhansel, directo hacia su 14ª corona
→ Hoy, desenlace con Al-attiyah (2º) a 15 minutos
→ Nada que hacer ante‘monsieur Dakar’. A sus 55 primaveras, su veteranía, experiencia y su manera de leer el desierto se han convertido en elementos clave con los que marcar diferencias en un Dakar tan duro, con tanta variedad de terreno y dificultad de navegación. La mayor complejidad para el francés llegó el día de la etapa maratón, en la séptima jornada, cuando rompió un brazo de suspensión. Aquel día, la suerte le concedió la posibilidad de dirigirse hacia su 14ª victoria absoluta en el Dakar (8ª en coches al margen de sus 6 triunfos en moto), y con una amplia ventaja en la general, no iba a dejar escapar una nueva corona. Su buena gestión de la carrera, priorizando la navegación a la velocidad pura, le hizo aprovechar cualquier error de sus rivales. Y así, miga tras miga, le comió la tostada a todos sus competidores. Primero, a un Carlos con demasiados problemas de navegación al inicio. Y luego, a un Al-attiyah que, perjudicado por las ruedas de su 4x4 por los constantes pinchazos que sigue sufriendo, no pudo arrebatarle el liderato a un Stéphane tranquilo. El francés ya ha visto demasiado veces esta misma película como para no saber qué hacer, y ayer volvió a gestionar la carrera de manera perfecta, cediendo tan solo 1’56” respecto a su rival catarí para encarar el último día de carrera hoy con un colchón suficiente que no debería hacerle sufrir, un total de 15’05 sobre Nasser.
“Aunque hemos perdido algún minuto, no ha sido mucho. Ha sido un día de estrés continuo. Nada fácil. Cruzo los dedos para llegar al final en primera posición”, dijo el galo. Carlos Sainz, a 1h04’14”, quiere hoy amarrar su tercera posición con una buen día tras sufrir ayer dos pinchazos consecutivos que le impidieron pelear por su tercer triunfo de etapa en este Dakar ●
Carlos Sainz, a por el podio de la general y en busca del triunfo de etapa