Empate vibrante en el Ciutat de València
→ Levante y Valladolid no supieron aprovechar su ventaja en el frenético intercambio de golpes de la segunda parte
→ Levante y Valladolid sellaron el empate en un duelo frenético que pudo caer de cualquier lado. El punto cosechado pone fin a la racha de cuatro victorias del Levante en casa y no alivia a un meritorio Pucela que tiró de amor propio para compensar sus numerosas bajas. Tras un primer tiempo de tregua sin apenas ocasiones, ambos equipos se desataron en la reanudación, cuando llegaron los cuatro goles.
El ritmo alto hizo de la primera parte una entretenida sucesión de golpes estériles, con llegadas en ambas áreas. El Valladolid entró mejor en el partido a partir del buen hacer de sus centrocampistas y el equipo de Paco López, más conservador de inicio, se sostuvo gracias al poderío de Malsa, un futbolista que a su privilegiado físico le está añadiendo un interesante catálogo de recursos técnicos y tácticos. Antes del descanso, el Pucela rozó el gol en una doble ocasión muy clara. Orellana puso a prueba a Aitor con un testarazo y el rechace posterior lo estrelló Villa en el palo en un remate sin apenas angulo (42’). Una ocasión de Alcaraz en el arranque de la reanudación en una nueva llegada desde segunda línea despertó por fin al Levante, que subió su intensidad y empezó a dominar el balón y el escenario. Morales, Malsa y De Frutos dieron un paso al frente y el Valladolid se fue empequeñeciendo. El Levante olió sangre y aprovechó su potencial al contragolpe para marcar el 1-0 en una gran jugada. Martí activó de espaldas a De Frutos y el canterano del Madrid, pura potencia, dejó atrás a Bruno antes de asistir a Dani Gómez, que batió a Masip.
Los granotas tuvieron contra las cuerdas a su rival, grogui tras el gol, pero Sergio volvió a dar con la tecla para reactivar al Valladolid con sus cambios. Hervías y Zalazar dieron aire al Pucela, que en solo cinco minutos dio la vuelta al marcador. Zalazar robó el cuero en el tanto del empate de Alcaraz desde fuera del área y Hervías, con una gran internada, asistió a Plano para que este, con algo de fortuna en su mal remate, anotara el 1-2 (77’). El Valladolid había hecho lo más difícil pero el Levante empató en una gran maniobra de Roger Martí (82’).
Tras el intercambio de golpes, el miedo a perder cundió en ambos equipos, que firmaron un armisticio para no salir peor parados ●