Muy frágil
El Barça enlaza, por primera vez esta campaña, cuatro triunfos consecutivos en Laliga, todos a domicilio y los dos últimos sin encajar gol. Una buena racha que no debe hacer olvidar una triste y contemporánea realidad: cada vez que le cuelgan un centro al área o le contragolpean al Barça, es mejor cerrar los ojos, apretar los dientes y, si se es creyente, rezarle a Ter Stegen. Da igual si es la Juve, el Liverpool, el Athletic o el Cornellà, el entramado defensivo ha dado tantos disgustos esta temporada que parece uno de esos jarrones chinos valiosísimos que llegan envueltos en papel burbuja. Necesitan que le cuelguen el cartel de “Muy frágil”. Un jarrón que ya empezó la temporada escaso en cuanto a seguridad defensiva pero que, entre lesiones, despistes, jugadores por debajo de su rendimiento y, la imposibilidad de reforzarse, dejan al equipo muy justo para intentar competir por nada. Los despistes en Sevilla le costaron un título al Barça, frente al Alavés, Cádiz o Atlético se han perdido puntos por errores defensivos de bulto. Ante el Elche, Ter Stegen se encargó de evitar otro disgusto. Hay que aplaudir que Ronald Araujo se haya erigido como el zaguero más fiable en estas circunstancias, pero tiene razón
Koeman al exigir a sus hombres un punto más de oficio para no conceder tantas ventajas en defensa.
Mejorar la solidez defensiva debe ser una de las prioridades en esta época de transición que se está eternizando: sin presidente hasta marzo como pronto, sin saber qué hará
Messi cuando termine su contrato, sin saber cuánto dinero hay para poder reforzar al equipo. Sin saber si, por lo menos, se puede comprar papel burbuja para proteger este jarrón resquebrajado ●