Mundo Deportivo

MISIÓN (CASI) IMPOSIBLE

→ Un Sevilla más consistent­e deja al Barça contra las cuerdas tras una ida copera apasionant­e → El conjunto azulgrana dio la cara, pero chocó en Bono y Koundé y Rakitic apuntillar­on

- Joan Poquí

Único cambio en el 85 Riqui Puig fue el único azulgrana en entrar a seis minutos del final en sustitució­n de Pedri

→ Será misión casi imposible para el Barça eliminar al buen Sevilla de Lopetegui en la vuelta del Camp Nou y plantarse en una nueva final de Copa. El conjunto de Koeman dio la cara en el Pizjuán, pero se le puso muy cuesta arriba la semifinal con una derrota, por 2-0, ante un Sevilla más consistent­e y más eficaz ante puerta que tuvo en Bono a su ángel de la guarda y en el central Koundé a su Messi particular. El partido del equipo barcelonis­ta fue más que aceptable, con Leo muy implicado pero sin acierto de cara a puerta y con un Pedri convertido en el faro del juego, aunque fue sustituido casi al final, por el sobreesfue­rzo que arrastra. Al Barça la faltó acierto en sus ocasiones y, además, topó con un Bono en vena. Que incluso sacó una falta magistralm­ente lanzada por Messi que pudo suponer el 2-1, ya en el minuto 90. La tercera clave de la derrota azulgrana fue un Sevilla sobrio, impecable en sus transicion­es, que hizo mucho daño a un Barça excesivame­nte frágil. Los goles de Koundé y Rakitic convierten la remontada casi en un milagro.

Lo que son las cosas: Messi tuvo el 0-1, muy claro, ante una de sus víctimas preferidas. Recibió una gran asistencia al espacio de Griezmann que le dejó solo ante Bono. Papeles cambiados. Sin dejar que el balón llegase al suelo, Messi remató de primeras, pero el meta salió y tapó todo el ángulo de remate del argentino. En esa acción, el Barça podría haber llevado hasta el marcador una puesta en escena ambiciosa, con presión alta, situando el balón en el terreno sevillista y con rápida circulació­n de pelota. Pero Bono frenó al argentino.

Super-koundé

En cambio, el que hizo de Messi fue Koundé. El central francés, que ya había advertido con un remate cruzado tras centro de Suso, que había sentado a Jordi Alba, marcó en una acción para enmarcar. Como si fuese el Schuster que llegó al Camp Nou en 1980, encontró un pasillo, se fue arriba, subió el balón, superó líneas de presión, dejó en evidencia a Umtiti y con un chut impepinabl­e batió a Ter Stegen.

El escenario cambió con ese golpe de efecto y, a pesar de un intento de Messi y de una subida de Jordi Alba con un centro que no encontró rematador, las transicion­es sevillista­s comenzaban a ser más peligrosas. Umtiti aguantó, bien esta vez, un uno contra uno a En-nesyri, que recibió un pase al espacio en el área pero acabó perdiendo, él solo, el equilibrio. El Barça había comenzado bien, pero se fue al descanso dominado por el conjunto sevillista.

Ter Stegen evitó el desastre, en forma de segundo gol, al filo de la media parte, con un paradón a mano cambiada ante un chut de Escudero después de una jugada coral del conjunto sevillista, con subida de Aleix Vidal, y el Barça volvió a dominar en el inicio del segundo tiempo, con Umtiti convertido, después de la acción del gol Koundé, en obstáculo para En-nesyri en sus contras. Paradójica­mente, Big Sam volvería a salir en la foto el 2-0. Una de cal y demasiadas de arena.

Y Messi volvió a tener el gol, tras una pérdida de Aleix Vidal, con transición de Pedri. Leo chutó abajo y Bono mandó a córner. Dembélé tiró un segundo saque de esquina. Probó el gol olímpico y el meta sevillista rechazó. Convertido el partido en un intercambi­o de golpes, con momentos de gran intensidad competitiv­a, el señor colegiado (Mateu Lahoz), que sacó del área un posible penalti a Jordi Alba por agarrón, decidió perdonar la amarilla a Koundé en una plancha muy dura sobre Mingueza. Antes de no perdonarla a Jordán y Escudero, que en la segunda parte sufría lo suyo ante un Dembélé mejorado tras el descanso.

El Barça no le había perdido la cara al partido. Dominaba en el tramo final a un Sevilla que fue cediendo terreno, en busca de transicion­es como una subida de Aleix Vidal en busca de Luuk de Jong, sustituto de En-nesyri, que acabó con pugna entre Junior y Munir.

Pero Lopetegui supo ir renovando las fueras de su equipo e hizo uso de su profundida­d de banquillo para que el conjunto local llegase más fresco a los minutos finales que un Barça agotado. Y ahí los andaluces apuntillar­on. La jugada que derrumbó las esperanzas del Barça cuando el conjunto azulgrana buscaba el empate llegó en un error (resbalón) de Umtiti y una internada de Rakitic que dejó en evidencia a su ex equipo con un chut que supuso el 2-0. Será muy difícil la vuelta para los de Koeman ●

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FOTO: PEP MORATA Messi encara a su ex compañero Rakitic El croata apuntilló a su ex equipo

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