Mundo Deportivo

Dos centrales, un mundo

El sevillista marcó un golazo que firmaría el mismo Leo; el azulgrana salió en la foto de los dos goles encajados

- Gabriel Sans

→ Era un partido de etiqueta, entre dos equipos a los que le gusta la intriga del buen fútbol. Pero el destino quiso que el pulso se decantara por las defensas y no por el movimiento del balón de los delanteros. En el Sevilla, uno de los centrales responsabl­es de tapiar su portería desde hace seis partidos, Jules Koundé, siempre en la agenda de los grandes, marcó el golazo de la eliminator­ia ante la incomparec­encia goleadora culé. En el Barça, otro central, Samuel Umtiti, que trata de relanzarse a todo prisa, se fotografió en ese gol y en el no celebrado de Rakitic, anulando el fuera de juego y resbalando después al intentar solucionar el error del paso adelante.

Koeman vivía pendiente del eje de la defensa. Con Araujo recién lesionado, el técnico resolvió el tándem de centrales apostando por Mingueza-umtiti y sacrifican­do a Lenglet. No le gusta la combinació­n de dos zurdos y, como ya advirtió, tiró de lo más natural. Tomó la decisión de apostar por el francés y la suerte no le acompañó. Como le pasó ante el Granada, también en la Copa: un fallo en la salida del balón y otro perdiendo en velocidad. Aquel día, el Barça supo reaccionar y golear.

Todo iba bien en la primera parte. El Barça dejaba su sello con un remate técnico de Messi que Bono supo rechazar. Pero emergió la figura de Koundé. Al también francés se le veía tanto atrás como delante, y ocho minutos después de Leo, disparó cruzado para que Ter Stegen extendiera la manopla. De repente, el fútbol culé se gripó. Distraído, el Barça se destensó y Koundé se disfrazó del ‘10’ argentino con una galopada driblando y sacándose de encima a rivales. Ni Busquets ni Alba ni Griezmann, que pasaba por ahí, pudieron frenarle. Tampoco Umtiti. Le salió al paso pero se lo sacó de encima con un caño, ajustician­do a Ter Stegen con un disparo demoledor. Tenía que ser Koundé, un central del que había excelentes informes en la secretaría técnica antes de ir a por Eric Garcia. Alguien se lo planteó pero el precio de 75 millones estaba fuera del alcance de las previsione­s. Fue hace un año, cuando los efectos económicos de la pandemia ni se sospechaba­n.

Samuel pierde fuerza

El sevillista, además, desactivó a Messi. Lopetegui le ordenó taponar los pases interiores a Leo y se aplicó con nota alta. Al otro lado del campo, Umtiti batallaba con todo, cortando balones con la cabeza, pero el Barça no espabiló con el descanso y el Sevilla, con apenas cinco remates, se llevó dos goles. El central francés salió en la línea que habilitaba a Rakitic para anotar el segundo. Y al tratar de enmendar su borrón, un patinazo dejó libre al croata para correr hacia la portería y fusilar otra vez a un Ter Stegen que extendió brazos y piernas.

Una jugada que agravó la herida de la duda que aprisiona al francés, y eso que en la primera parte sacó con acierto el balón. Koeman le está dando minutos a marchas forzadas. Necesita centrales en medio de un calendario muy denso. En Liga le dio tres titularida­des seguidas ante Granada, Elche y Athletic, dejándole de suplente frente al Betis. En la Copa, también le sacó de inicio en Granada. Cinco titularida­des en los últimos diez partidos. En seis días viene el PSG y su candidatur­a pierde fuerza ●

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FOTO: EFE Koundé estuvo hace un año en la agenda del Barça y el francés se salió precisamen­te en la visita del Barça y con Umtiti como titular

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