Anticlímax
En la narrativa o ‘storytelling’ el concepto de anticlímax se aplica a los finales que se alargan demasiado. No hay peor delito que postergar una historia cuando ésta se ha acabado. Un epílogo debe ser breve, conclusivo y bien cerrado. Un buen final acaba en la cumbre, como supo ver el astuto
Guardiola en su relación con el Barça.
Hoy el club vive sumido en un anticlímax permanente que azota a la afición con bajones como el del Bayern, Madrid, Sevilla o PSG. En lo deportivo nadie ha sabido ver que el eje del equipo ha envejecido y que ya no da para la alta competición. Es duro, pero ni Piqué, Lenglet, Alba o Busquets
deberían ser titulares. El único que puede salvarse es Messi por su calidad, que le permite jugar andando como ‘quarterback’ si al lado tiene jugadores como Verratti, Kean o Kurzawa.
Tácticamente tampoco hemos entendido que el cuento del ADN Barça ya vivió su ‘happy end’. Lo siento, pero hay que renovarse porque para seguir con esa historia se precisan jugadores que no tenemos, ni tampoco Xavi
podrá obrar el milagro tirando de la cantera. Así que para volver a construir una bella página en la historia del club hay que comprender que ahora mismo estamos para jugar de otra forma que no facilite tanto la ofensiva de los rivales. En la parcela directiva tampoco acertaron en cambiar a tiempo, postergando unas funciones y decisiones que han castigado al club. Todavía hay fichajes, renovaciones y cláusulas que no se entienden.
Probablemente, el mejor jugador de la historia se irá gratis buscando un final feliz. Mientras, espero que aquí podamos escribir una nueva historia desde el principio. Esta es sin duda, la misión del nuevo presidente que gobierne al Barça. Quisimos creer en el milagro, pero el cuento se ha acabado ●