El Levante le pone picante a Laliga
→ El equipo valenciano venció 0-2 al Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano y el equipo rojiblanco desperdicia mucha de su ventaja
→ Ya lo advirtió Simeone, los partidos de la segunda vuelta no tendrán nada que ver. Y el Atlético de Madrid lo está sufriendo en propia carne. Entre las muchas bajas, que está jugando contra las circunstancias, el Covid, y el cansancio... y que encima comete errores que le cuestan goles, pues la situación es inquietante para el líder. Hasta hace unas semanas casi infalible, se ha tornado en un equipo que ha encajado en los últimos siete partidos seguidos, que es la peor marca en este sentido, de la Era Simeone. Un Atlético al que le ha costado imponerse, que ha tenido que remar a contracorriente en muchos duelos, sin fondo de armario... En el actual contexto de pandemia, cuando más hay que cuidarse y evitar cualquier riesgo. En ese momento, el Atlético ha pagado una lista de bajas sin parangón en Laliga. Que cada uno saque sus conclusiones y analice si se derivan responsabilidades. Porque con lo que está jugando el Atlético en lo deportivo y económico, con lo que cuesta pelear por un título de Laliga ante Real Madrid y FC Barcelona, es tremendo que te debilites de esa forma por seis bajas en diez días, sólo por Covid.
Se convendrá que es indemostrable pero lo que no lo es, es el sobresfuerzo de los más habituales, la falta de recursos para darle la vuelta a los partidos o asentar el resultado, la ausencia de forma de los que volvían tras estar dos semanas fuera (lógico, sólo faltaría)... Y mientras tanto, peleando contra todo. Los de Simeone, con un trabajo superlativo, sacaron adelante muchas situaciones adversas, pero las fuerzas dan para lo que dan.
El Levante logró, por méritos propios, lo que nadie había conseguido en esta temporada, ganar en el Metropolitano. Y lo hizo a través de una gran presión, de unos buenos contragolpes y de un Morales que estuvo notable. Eso, además de tropezar de nuevo en la misma piedra del otro día en el Ciudad de Valencia, su incapacidad para transformar las muchas ocasiones que generó. Los rojiblancos dispararon 27 veces, diez de ellas a puerta. El Levante remató seis, sólo dos entre palos. Dos goles. Suficiente para asaltar el Metropolitano.
En los cuatro últimos partidos disputados, el Atlético se ha dejado siete puntos y ha dilapidado buena parte de la ventaja que tenía. Y en esa tendencia que sigue últimamente, volvió a encajar rápido. Y lo hizo por errores propios, como casi siempre le está sucediendo. Un despeje mordido de Hermoso a un centro rival, en el que el balón llegó a Kondogbia pero estuvo muy blando, intentó regatear donde no correspondía y el balón acabó en los pies de un Morales que golpeó fuerte, tocó en Felipe, luego en Hermoso, y entró en la portería.
A partir de ahí, el Atlético intentó escalar el Everest con las manos desnudas. Un imposible. Asedio que mejoró en la segunda mitad, tras la lesión de Giménez, con el 4-4-2 en el campo. Un remate de Suárez al palo, dos ocasiones sólo de empujar para Joao Félix, remates de todos los colores... para encumbrar a un Cárdenas que estuvo superlativo en portería. Y el epílogo a la medida del partido, un segundo gol del Levante cuando Oblak subió a rematar un córner, era derribado, pedía penalti... pero el colegiado no lo veía así ●
Giménez se fue lesionado en la segunda mitad y es seria duda contra el Chelsea