Efecto Pigmalión para Pau
Fichaje controvertido el de Pau Gasol con su llegada al FC Barcelona. Si bien hay cierta parte de la afición que está orgullosa de su regreso, también tiene sus ‘haters’ alegando su inactividad, lesión y poniendo en duda su estado competitivo. Un deportista como Pau, campeón de la NBA y con dos anillos ganados entre otros premios, entiende de competitividad, de buen juego y seguramente de inteligencia emocional entendida como su capacidad para manejar y reconocer sus sentimientos y emociones de su estado de salud y sobretodo de lo que puede aportar al equipo.
Mientras que sus ‘haters’ se pronuncian antes de tiempo, prejuzgando sin saber qué pasará, el Efecto Golem viene como anillo al dedo. Estas calificaciones negativas pueden hacer que la autoestima de cualquier jugador pueda mermar hasta tal punto que desaparezca sus ganas de competir o que su conducta empeore.
Por el contrario y más positivo, nos encontramos el Efecto Pigmalión. Provocar un aumento en la autoestima del jugador , creyendo en él, reafirmando su esfuerzo por su recuperación, pensar que habrán más oportunidades para ganar la Euroliga, al ser un viejo amigo disminuirá el grado de malentendidos ya que conoce a Navarro o Jasikevicius, reconocer que la vuelta a casa de uno de los mejores jugadores de la NBA puede originar ciertas perturbaciones en los equipos contrarios y como efecto colateral, tendríamos a un excelente instructor y motivador para la generaciones más jóvenes del Barça.
Tal y como nos explica la mitología griega, Pigmalión sentía tal admiración y enamoramiento por una de sus esculturas, que después de un sueño y con ayuda de Afrodita, la estatua se vuelve real.
¡Pensemos en grande! La gran afición sentía tal admiración y enamoramiento por ganar la Euroliga, que después de un año y con ayuda de Pau, ¡¡¡el título se vuelve real!!! ●