1. Buen juego, defectuosa definición
Finalmente, Piqué y Griezmann dentro del flexible 3-5-2 elegido por Ronald Koeman. Enfrente, el Athletic dispuesto a presionar desde el inicio de la final. No pudo porque el Barça mantuvo en su poder el balón.
Y a los 4 minutos, la primera ocasión presentada por Messi a De Jong frustrado por su remate al poste. Excesivo interior -efecto- en el golpeo del holandés. Los leones, obligados a juntarse con Yeray e Iñigo Martínez cerca de Unai Simón. La fluidez ofensiva azulgrana
2. Se fue apagando físicamente el Athletic y...
La primera parte finalizó con el equipo blaugrana preguntándose: qué hay que hacer para meter un gol…-. En el precipicio los del bocho pero vivos física y psicológicamente. Su gran desgaste lo dieron por muy bueno cuando se fueron al vestuario.
El segundo acto, Lekue (a banda derecha y Belenguer en la izquierda) por Muniain. A los 47’, pase de Leo a Dest y Griezmann no puede batir a gracias al buen toque técnico. Con el conjunto rojiblanco defendiendo y obligado a buscar la contra, la figura de Gerard Piqué resultó infranqueable para Raúl García y Williams. Su experiencia y anticipación, ganadoras.
Casi todo lo ponían los de Koeman: el fútbol por dentro, la llegada por fuera. En lo único que era superior el Athletic era en el juego aéreo; obviamente, defensivo. La única ocasión fue para Iñigo Martínez pero no rematando de cabeza ante Ter Stegen ●
Unai Simón. El Barça insistía con sus laterales volando alto.
Era increíble: Pedri y Busquets, el mediocentro a bocajarro, no pudieron romper el 0-0. Vesga al campo porque el Athletic corría y corría pero no mantenía el balón.
Entonces, llegó el primero: otro servicio de Messi, esta vez a Frenkie De Jong, y el centro del exquisito jugador holandés lo remachó
Antoine Griezmann abriendo completamente el interior de su zurda. Unai Simón sin posibilidad de intervenir en el 0-1 ●