Vuelve a sentirse un piloto Motogp
→ Nos hemos de unir al aplauso unánime del box Repsol Honda y a la emoción por esas lágrimas derramadas por Marc Márquez al término de la carrera de Portimao en el reencuentro con esta sección Allianz. Nueve meses sin poder analizar como de costumbre las hazañas de Marc Márquez han sido demasiados y nadie salvo él sabe lo mal que lo ha pasado y las dudas que le han torturado en este infierno para recuperar su brazo derecho. Pero como bien dice y practica con el ejemplo: “Lo malo se me olvida rápido”.
No había pasado de tandas de siete giros a lo largo del GP y tenía por delante 25 vueltas, 114,8 kilómetros seguidos entre pecho y espalda en este reencuentro con las carreras. Llegó a ir tercero tras una espectacular salida y tras el toque con Mir fue cuando entendió que debía recolocarse y en la novena plaza tras Aleix Espargaró mantuvo un ritmo de 1’40 medios hasta los siete últimos en los que ya no había más fuerza a exprimir. Entró séptimo cediendo solo 13”208 con Quartararo y poco más de ocho segundos con el podio.
No era ni el día ni es el momento para heroicidades, ahora no le viene de más o menos puntos. Pasó su prueba del algodón y acabó en uno de los circuitos más físicos de todo el Mundial por sus continuos toboganes, en el que nunca había competido y con Honda con novedades para él. ¡Bien hallado Marc! ●
Sólo había hecho tandas de siete giros y entendió que debía dosificarse y acabar