Mundo Deportivo

VICTORIA DE CAMPEONATO

→ El Barça regresa de Vila-real con tres puntos de oro y más aspirante al título que antes → Acabó sufriendo ante diez tras un gran primer tiempo con doblete de un Griezmann estelar

- Joan Poquí

→ Por unos momentos, el pánico se extendió desde el Estadio de la Cerámica de Villarreal hacia todo el barcelonis­mo. Una entrada durísima, criminal, de Trigueros sobre la tibia de Messi con los tacos por delante acabó con Leo doliéndose en el suelo. Se temió lo peor. Por una vez la justicia castigó la violencia y fue expulsado, pese a protestas airadas de, por ejemplo, Albiol. Leo se recuperó, pero el susto fue de aúpa en una jornada importantí­sima para las aspiracion­es del Barça. Para ceñirse al camino más directo hacia el título el conjunto de Koeman tenía que ganar en uno de los desplazami­entos más difíciles que le quedaban y no falló. Un gran primer acto que pudo haber dejado el choque ya sentenciad­o dio ventaja al Barça, que en la segunda parte salió a especular demasiado y casi lo paga caro, porque un gol de Chukwueze lo había dejado todo abierto. El Barça se quedó sin gasolina al final (había jugado el jueves por la noche) y acabó pidiendo la hora contra diez.

Si el primer tiempo barcelonis­ta fue magnífico, con un doblete de Griezmann y numerosas ocasiones para resolver el envite, el segundo puso al descubiert­o algunas carencias de un equipo al que cuesta mantener la intensidad cuando considera que debe controlar. Y que ya no es capaz de defender a través de la posesión con la eficacia de antaño. El Villarreal apretó lo suyo en busca del empate y ni siquiera cuando se quedó con diez el Barça recuperó del todo el buen tono inicial. Desde que volvió del vestuario, muy pocas ocasiones: no pudo aprovechar ni una acción de De Jong, solo ante el meta, a pase de Dembélé.

Gran salida del ‘Submarino’ en el partido, con una presión alta que, para empezar, dejaba claras las intencione­s del conjunto ‘groguet’. El juego del Villarreal encontró a menudo líneas de pase para las diagonales de Alcácer o Moreno, pero, más allá de dos remates del ex perico, motivado (intentó hasta una chilena en la segunda parte) pero poco acertado ante su archi-enemigo y tocayo Piqué, las ocasiones iban cayendo del lado barcelonis­ta gracias a un Barça muy metido en el partido que volvió a apostar por el 3-5-2, con un once casi idéntico al del Barça-getafe: sólo entró Dest por Sergi Roberto, aunque volvieron a intercambi­arse tras el descanso.

Recital de Asenjo

Vayan contando las acciones en las que el meta Sergio Asenjo mantuvo en el partido al equipo de Emery: despeje ante un remate de Griezmann después de una magistral dejada de De Jong; paradón ante el centrocamp­ista holandés, que remató a bocajarro un centro de Jordi Alba después de una acción personal de Dest con apertura final de Messi; rechazó Asenjo y De Jong aún mandó al palo en el segundo remate; o en un chut de Messi que el meta rechazó con los pies.

O marcas o te complicas la vida. Es una de las leyes irrefutabl­es del fútbol. El Barça había perdonado y, en cambio, a la primera clara que tuvo el Villarreal Chukwueze no falló. Recogió un extraordin­ario pase de Pau Torres desde la defensa, se fue en diagonal hacia el centro llegando desde la derecha, Piqué había perdido la posición y Alba había roto el fuera de juego y además resbaló; el nigeriano encaró a Ter Stegen, lo dribló y marcó.

La magia del fútbol hizo que el partido tomase una dirección inesperada, pero enseguida llegó la réplica barcelonis­ta. Y también con acción brillante de un defensa: pase largo magistral de Mingueza a Griezmann, que se fue al espacio y picó el balón por encima de la salida de Asenjo. Poco después, un error grave del lateral Foyth al ceder un balón al meta supuso que otra vez Griezmann, atento, se plantase ante Asenjo y lograse el 1-2.

En un plisplás el Barça había reaccionad­o y pudo haber dejado los deberes ya completado­s antes del descanso: Asenjo volvió a sacar sendos remates de Griezmann y Dest y una vez más mantuvo con vida al Villarreal para la segunda mitad. El conjunto castellone­nse quiso sacar rédito del acierto de su portero y salió dominador tras la reanudació­n, con un Barça demasiado especulado­r. Tampoco es que tuviera muchas oportunida­des: en realidad, lo que se dice clara solamente una.

Los apuros

Un paradón de Ter Stegen con los pies a remate de Capoue tras una acción de Chukwueze, el mejor del Villarreal además de Asenjo, evitó el empate antes de la reacción de Koeman mediante Ilaix, que remató alto en su primera ocasión. La roja a Trigueros tras su dura acción sobre Messi aflojó la presión local, pero no acabó con ella y Moreno remató fuera por poco en otro acercamien­to.

Rayando el drama, el Barça acabó el partido ahogado. Sin duda, falló al no haber resuelto en el primer tiempo y, después, al especular demasiado en el segundo tiempo. Pero a los que pusieron el partido a las cuatro y cuarto después de haber jugado el jueves por la noche les salió el tiro por la culata. Messi, flojo durante casi todo el partido, ofreció una ‘master class’ en el tramo final, a la hora de quedarse con el balón y poner histérica a la zaga local. El Barça regresó de Villarreal un poco más aspirante al título que antes ●

Cuatro apercibido­s Griezmann y Mingueza vieron la cuarta tarjeta y se unen a Messi y De Jong. Peligro para Mestalla.

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FOTO: GETTY Messi felicita a Griezmann El Barça no falló

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