El ciclo decayó cuando se fue Neymar
Pues sí, está llegando la calma. Bajan contagios, suben vacunaciones, vas por la calle y ves a la gente animada e incluso en Neptuno se reúnen miles de personas, cosa que a pesar del éxito deportivo no debían hacer. En fin, seguid cuidándoos, disfrutad pero con ojo avizor.
El mismo que tendrá que poner el Barça para el nuevo ciclo que ya nos anunció el presidente Laporta. A principios de temporada titulamos esta página ‘Objetivo, quedar entre los cuatro primeros’. Era lo previsible por el ambiente en ‘Can Barça’ hace diez meses. Con la llegada de Koeman el ambiente mejoró. Los jugadores empezaron a creerle, en especial los veteranos. El holandés no dudó en incorporar jóvenes cuando fue necesario por las lesiones. La desventaja que teníamos en la tabla frente al Atlético fue reduciéndose y todos creímos, yo el primero, que se iba a conseguir el doblete. Un nefasto partido frente al Granada tumbó las espectativas y nos hundió en la tristeza. Cambio de ciclo. En realidad el ciclo empezó a decaer con la marcha de Neymar. Igual que le pasó a Gaspart en el 2000, tener dinero fresco obnubiló las decisiones para reforzar al equipo. Juan nos trajo a Overmars y Petit -sin comentarios-, Barto y sus técnicos trajeron una pléyade de futbolistas mediocres encabezados por dos grandes nombres: Coutinho y Dembélé. Craso error. El brasileño porque no tiene carácter para el fútbol, como ya se dijo aquí mismo. Y el francés, porque fue preferido por los técnicos a Mbappé, que estaba en Mónaco. Desde la marcha de Neymar se han fichado cantidad de jugadores, se ha cambiado cuatro veces de secretario técnico, se ha gastado lo que no teníamos y hay una tesorería con unos números rojos que se ven desde el otro lado del país. Solo faltaba indemnizar al club amigo Laietà con un millón y medio de euros por futuras molestias en las obras. Y así tiene que empezar la Junta que preside Laporta a recomponer todo esto a nivel deportivo y a nivel económico. Mañana empezará el nuevo ciclo, seguramente intentando dar bajas, traspasos, cambios, en fin, un trabajo muy duro y muy negro en el que deseo a los directivos el mayor de los aciertos porque si lo consiguen sería devolver al sonrisa al soci culé. Ah, y cualquier día de estos presentan a Matheus Fernandes ●