Una Eurocopa con más goles en propia puerta que nunca

La Eurocopa ha empezado con más goles que fútbol. En el debut de cada selección ha habido más miedo a fallar que ganas de salirse y, de ahí, se ha resentido el espectáculo visto hasta ahora. Irá a mejor. Pero goles sí ha habido. A parte del empate a cero entre españoles y suecos, se han visto partidos con muchos tantos. Algunos de ellos, de bellísima factura, como la parábola de Yarmolenko o el trallazo de mediocampo del checo Schick que optará al mejor gol del año. Pero también llevamos ya, en pocos encuentros, una colección insólita de goles en propia puerta la mar de tontos. Sin contar rebotes desafortunados, como el que propició el primer gol portugués ante Hungría, hemos visto tres autogoles de pesadilla en el área. Szczesny, portero polaco, fue el primero en quedar retratado. El balón da en la base del poste, le rebota en el cogote y adiós. Digno de vídeos de primera. Luego, el turco Demiral ante Italia y el alemán Hummels ante Francia, nos recordaron como es de peligroso intentar cualquier despeje en el área pequeña mirando hacia tu portería. El primero con el pecho y el segundo de trallazo imparable sorprendieron a sus propios cancerberos. La propia puerta, pues, anda ‘pichichi’ de la Eurocopa con tres goles. La pregunta es ¿por qué en el fútbol se perdona mucho más un autogol que el fallo de un delantero ante puerta? ●