“No es un adiós, volveré”
→ Sergio Ramos se disfrazó de Schwarzenegger en Terminator
→ La despedida de Sergio Ramos, una leyenda del madridismo, copó la actualidad de la matinal futbolera de ayer. Un acto protocolario serio, escueto, sobrio.. y que pese a los momentos de alta emoción protagonizados por el sevillano, estuvo marcado por la frialdad y agria gestualidad entre los dos grandes protagonistas, Sergio y Florentino Pérez.
El camero empezó muy serio y nervioso pero muy pronto se desmontó, cuando apenas había transcurrido un minuto de su discurso de despedida al recordar su llegada al Real Madrid a los 19 años, siendo un crío con sus padres. Se le quebró el discurso y bajó la cabeza, nublado por algunas lágrimas.
Pero el ya ex capitán merengue se repuso y sus palabras, muy emocionadas cuando miraba a su familia situada en primera fila, fueron casi siempre cálidas, entrecortadas por la emoción a flor de piel. Siempre muy serio.
Pero su trato y gestualidad con Florentino Pérez fue frío, muy frío. Incluso en el abrazo entre ambos tras finalizar su despedida. La rigidez y tensión entre los dos grandes protagonistas del día fue muy explícita, ninguno de los dos quiso ni supo, evitarlo. Se palpaba en el ambiente. Se cortaba.
Sergio Ramos, además, lanzó una ‘advertencia’ a los posibles detractores que pudiera tener en el Real Madrid. O visto desde la otra orilla, un mensaje esperanzador para sus miles de seguidores, que los tiene y muchos entre la parroquia blanca.
“Se cierra una etapa maravillosa y única. Y se abre otra nueva, en la que ojalá añada nuevos títulos a mi palmarés. Más que un hasta siempre es un hasta luego. No es un adiós porque tarde o temprano volveré””, recalcó como guinda del discurso. ‘Volveré’, una frase asociada al actor Arnold Schwarzenegger que utilizó en 1984 en la película de ciencia ficción ‘The Terminator’.
Sergio, como ‘The Terminator’, promete que regresará a la que ha sido su casa durante las últimas 16 temporadas. Y Florentino, impertérrito su rostro, no dejó entrever muchas emociones y sí incomodidad en algún momento del acto. Al sevillano, en cambio, le costó más esconder sus sentimientos. Y es que en más de un momento, se notó que se mordía la lengua para no decir todo lo que pensaba y revelar entresijos de las últimas semanas.
“Has sido alguien especial para mí y juntos hemos vivido la exitosa historia reciente del Real Madrid. Esta será siempre tu casa”, dijo Florentino, antes de ceder la palabra a Ramos, con quien intercambió un breve abrazo y ninguna mirada cómplice. Fríos.
Pero para miradas que dicen mucho la que mantuvo Pilar Rubio, la esposa de Sergio, durante todo el acto. Una mirada que cortaba el hielo, su despedida hacia el presidente. Todo lo que no dijo el ex capitán, se pudo leer en la mirada y gesto de su pareja ●
El sobrio acto de despedida, marcado por la emoción que desmontó a SR4
La frialdad y rigidez en el trato entre el sevillano y Florentino cortaron el ambiente