La gran pregunta sobre Sergio Ramos quedó resuelta

La gran pregunta sobre Ramos, desde que el miércoles trascendió su adiós del Madrid, era: ¿Se quiere ir o quieren que se vaya? Del frío acto de homenaje –educado en las formas, tenso en el ambiente- no salió la respuesta. Tuvimos, eso sí, alguna pista. Por el semblante serio de Pilar Rubio, el del propio Sergio y el rictus de funeral de toda su familia, entendimos que el capitán blanco no se iba por voluntad propia. Tuvimos que esperar hasta la rueda de prensa para saber, por boca del afectado, que le han echado. Contó que cuando decidió aceptar el trato de Florentino -un año más pero cobrando el 10% menos-, el presidente blanco le dijo que ya había caducado la oferta. Pim, pam, fuera. Y así se cepilla al mejor jugador del Real Madrid en el siglo XX. Sin remilgos, sin dar explicaciones públicas. También Cristiano Ronaldo -450 goles en 9 temporadas- salió sin los honores que merecía. Tampoco tuvieron el adiós deseado Casillas o Raúl... Este verano se le ha vuelto a ir Zidane, el entrenador milagro, y la parroquia de Chamartín –con correspondencia en Valdebebas- va tragando como si nada. En el Barça muchas veces se hacen las cosas mal. Se toman decisiones equivocadas y se comunican peor... pero al menos siempre hay quien, desde la masa social, desde el entorno o desde los medios, arma un cisco. Ahí -atado y bien atado- no hay ni derecho al pataleo ●